EL OBSERVADOR. ¿Alguno sigue con dudas?

El viernes el gobierno argentino anunció nuevas restricciones a las compras en el exterior, y estableció un recargo del 15% a las compras de tarjetas de crédito, tarjetas de débito y compras por internet.  Por si alguien tenía dudas de los motivos de dichas medidas, el jefe de la autoridad tributaria argentina, AFIP, Ricardo Echegaray dijo que “prefería que (los argentinos) se queden a veranear en el país”…  Las medidas no van dirigidas a Uruguay sino para todo el mundo, pero a nosotros nos van a afectar especialmente y ya se prevé una temporada muy floja. O vendrán menos turistas o gastarán menos o los comercios deberán rebajar sus precios 15% para compensar el nuevo gravamen. En síntesis, y por donde se lo mire, esta es una medida más del gobierno argentino que vive en la paranoia de quedarse sin dólares por la “crisis mundial”, como repite la presidenta Fernández… Paranoia que se solucionaría rápidamente dejando que el dólar alcanzara el precio de equilibrio, porque ni Uruguay, Chile, Paraguay o Brasil sufren un problema semejante ni les ha caído encima ninguna crisis aunque su crecimiento, excepto el chileno, se haya desacelerado. El presidente José Mujica basó su política de “no hacer olas” y “decir que sí” a las arbitrarias trabas argentinas, en el entendido de que así lograría evitar que las medidas afectaran el turismo. Lamentablemente, las medidas que viene adoptando desde el año pasado el gobierno de CFK, con un cada vez más apretado cepo cambiario, nos han afectado y nos van a afectar más aún. Es que más allá de si CFK recibe a Mujica con sonrisas y besos, su actitud hacia Uruguay y hacia el mundo es tremendamente dura, excepto con Chávez y los países amigos. Pero no tiene problema de pelearse con países poderosos, y a nosotros nos ningunea cada vez que puede: somos la “provincia” díscola que osó independizarse. A esta altura, ya nadie puede llamarse a engaño de que no podemos esperar nada favorable del vecino gobierno… Con todo, es bueno entender qué es lo que está ocurriendo en el vecino país. Porque la segunda presidencia de CFK no se presenta ni actúa como continuación de un mismo gobierno, sino que es presentada como una administración que ha heredado enormes problemas del gobierno anterior. Y como esos problemas no se pueden atribuir al gobierno de la misma CFK, se le endilgan a la crisis mundial o a lo que sea. Pero nunca a errores propios…