jueves, 6 de diciembre de 2012

Estados Unidos hacia la autosuficiencia energética

Un chiste recorre el mundo. ¿Estados Unidos de América o Saudí América? Se trata de las fabulosas perspectivas de ese país en la extracción de gas y petróleo, gracias al desarrollo de tecnologías para llegar a tan valiosos combustibles que yacen en el fondo del mar enterrados en rocas de esquisto (shale beds), donde antes era muy difícil por problemas técnicos y altos costos que impedían conseguirlo en condiciones comercialmente ventajosas.
Así, Estados Unidos ya es prácticamente autosuficiente para cubrir sus necesidades de gas, con enormes ganancias para su economía pues cesan las importaciones, dando lugar además a la posibilidad de electricidad más barata, lo cual incidirá positivamente en la industria; sobre todo en la producción de aluminio, acero y vidrio y otras ramas de la economía que son grandes consumidoras de tan importante fluido, como ha apuntado The Economist en interesantes reportajes publicados en su edición del 17 de noviembre. Asimismo, el gas relativamente menos costoso puede beneficiar a la industria petroquímica para la elaboración de plásticos y otros productos. En cuanto al petróleo, el futuro se torna muy promisorio, tanto que la Agencia Internacional de Energía (IEA) predice que podría convertirse en el mayor productor de petróleo en el mundo para el 2020, sobrepasando a Arabia Saudí y Rusia, y en autosuficiente y probable exportador en el 2035 —aunque analistas más optimistas auguran que esto ocurrirá antes—, lo cual tendrá también extraordinaria repercusión económica y eliminará la alta dependencia actual en materias tan estratégicas como los hidrocarburos.
Según datos brindados por la citada revista británica, Estados Unidos consume alrededor de 19 millones de barriles de petróleo diarios, una gran parte provenientes del exterior, fundamentalmente del Medio Oriente y Venezuela, lo cual ha constituido uno de los factores promotores de sus continuados desbalances comerciales en los últimos años. Téngase en cuenta que hoy los precios del petróleo rondan los 100 dólares por barril, y la perspectiva de reducir paulatinamente las importaciones aportará enormes beneficios a la economía norteamericana. Por supuesto que el camino a la autosuficiencia energética y a convertirse a más largo plazo en un exportador neto, traerá consecuencias importantes para todo el planeta, pues muchos países exportadores al coloso del norte, tendrán que reorientar el destino de su petróleo, asi como plantearse estrategias para desarrollar otras fuentes de riquezas ante la nueva coyuntura, ya en marcha, de la disminución paulatina de las importaciones norteamericanas de hidrocarburos. En la práctica, por la incidencia del gas estadounidense los precios de este rubro han empezado a bajar en el mercado internacional. En el petróleo, el descenso de las cotizaciones quizás no siga el patrón del gas, por las altas tasas de aumento del consumo y la inestabilidad existente en prominentes zonas productoras. De manera que China y la India se tornarán en superiores objetivos para los exportadores, al ser grandes consumidores que podrían constituir el destino de las cantidades que los norteamericanos dejarán de adquirir.

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