Nadie puede negar, a esta altura de los acontecimientos, que el Brexit ha sumado confusión y alteración al flemático espíritu inglés. Todo parece haberse salido de cuadro y las decisiones del Banco de Inglaterra no son la excepción. La entidad monetaria decidió mantener los tipos en su última reunión, a pesar de que la inflación ya ronda el 3% anual y la tasa de desempleo es la más baja en cuatro décadas. De igual manera, ha decidido mantener el programa de compra de deuda por 435.000 millones de libras. Aunque las autoridades del Banco de Inglaterra han anunciado que un endurecimiento de las políticas monetarias está próximo, la decisión sigue sumando a la confusión reinante.
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