Las penurias ocasionadas por la supertormenta Sandy se agravaron el martes, cuando millones de habitantes en la costa oriental de Estados Unidos debieron arreglárselas sin energía eléctrica ni transporte colectivo, un problema que durará días y que ha dejado a la ciudad de Nueva York sumida en una calma tétrica. El número de muertos en el país aumentó a por lo menos 48, en muchos casos personas aplastadas por árboles caídos. Mientras, las labores de rescate continuaban. La tempestad, que tocó tierra el lunes por la noche en el estado de Nueva Jersey, con vientos sostenidos de 130 kph (80 mph), cortó el suministro de electricidad de más de 8,2 millones de personas, desde las Carolinas hasta Ohio, y obligó a suspender la campaña electoral, a una semana de los comicios presidenciales.
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