Pablo Iglesias ha declarado en reiteradas ocasiones
que el Gobierno de Ecuador es el mejor ejemplo de que las políticas del
"socialismo del siglo XXI" son posibles. De hecho, cuando se ha
cuestionado al líder de Podemos por defender el "impago" de la deuda
pública, Iglesias y los suyos no han dudado en apelar al caso ecuatoriano como
respuesta.
¿Qué ocurrió en el país andino? La clave está en
2006, cuando Rafael Correa llega al poder. El dirigente bolivariano proclamó
entonces el comienzo de una "revolución ciudadana" y creó un
organismo conocido como la Comisión para la Auditoría Integral del Crédito
Público. El objetivo era "impulsar la identificación de las deudas ilegítimas".
De esta forma, Correa optó por impagar parte de los
compromisos de financiación suscritos por los anteriores gobiernos... La decisión fue aplaudida por la izquierda bolivariana y ha
sido descrita por Podemos como un buen ejemplo de que se puede incumplir con
los compromisos adquiridos y no sufrir las consecuencias de ello. Se llegó a
filmar un documental, Deudocracia, que ponía a Ecuador como ejemplo a seguir a
la hora de resolver crisis fiscales.
Sin petróleo caro, se acabó la fiesta
Los altos precios del petróleo permitieron que los
gobiernos de Correa disparasen el gasto público del 21% del PIB en 2006
al 43% en 2014. Sin embargo, la caída en los precios del crudo ha dejado las
cuentas "al desnudo": los ingresos se desploman y las continuas
subidas de impuestos y de tasas arancelarias ya no son suficientes para tapar
el agujero presupuestario.
Desde entonces, el pasivo público no deja de subir.
En 2009, tras los impagos decretados por Correa, la deuda rondaba el 15% del
PIB... en 2015 ya ascendía a 30.000 millones de dólares, cifra que
representa el 30% del PIB. A este dato hay que sumarle los préstamos negociados
con China y los certificados de tesorería, que empujan hasta casi el 40% del
PIB el endeudamiento global del gobierno.
... en lo que va de 2016, el gasto en el servicio de la
deuda se ha disparado y ya asciende a 7.000 millones, muy por encima de los 2.600
consignados a la educación o los 1.500 ligados a la sanidad. Ya no tiene
sentido afirmar... que la
"revolución ciudadana" hace girar los presupuestos en torno al
"gasto social"... ocurre todo lo contrario. De hecho, después de
tantas críticas a los "paquetazos" de "austeridad", el
gobierno ecuatoriano ha rectificado en varias ocasiones sus presupuestos para
2016, corrigiendo un gasto inicial de 36.317 millones hasta dejarlo... en 29.900 millones.
El desaguisado fiscal va de la mano con una fuerte
desaceleración del crecimiento que ya ha derivado en una recesión. En 2014, la
economía se expandió al 3,8%… pero la caída de los precios del petróleo recortó
el aumento del PIB al 0,3% en 2015. Este año, el FMI anticipa una caída del PIB superior al 2%, antesala de la contracción del 3%
que proyecta para 2017.
Pero Ecuador no solo enfrenta un panorama negativo
en el corto plazo. De hecho, el FMI entiende que el PIB del país va a
experimentar un lustro con cifras negativas. Todo esto contrasta con las
proyecciones de países vecinos que aplican políticas más liberales, caso de
Colombia (crecerá un 2% en 2016 y un 3% en 2017) o Perú (subida del PIB del 4%
en 2016 y del 4% en 2017).
En brazos del FMI
La situación es tan grave que Ecuador ha vuelto a
los mercados "por la puerta de atrás". Ya en 2014, el Banco Central
prestó a Goldman Sachs la mitad de su oro. En 2015, el Gobierno colocó deuda a
cinco años pagando una altísima tasa del 10,5%. Este mismo 2016, las emisiones
del tesoro ecuatoriano en el mes de septiembre se saldaron en niveles del
10,75%. Estas tasas duplican los niveles en los que se mueven las últimas
emisiones de Colombia y Perú.
Esta insostenible situación se ha traducido en una
nueva derrota del gobierno "bolivariano"... Y es que Rafael Correa ha terminado llamando a las puertas del FMI
para solicitar un plan de ayuda valorado en 364 millones de dólares. El pedido
ha sido justificado por el terremoto sufrido en abril, una catástrofe que
también ha aprovechado el Ejecutivo para aprobar un auténtico estallido fiscal.
El terremoto como excusa
... si Ecuador hubiese mantenido su Fondo
de Estabilización, Correa no tendría necesidad de haber solicitado estos
recursos… pero fue precisamente Rafael Correa quien, como
ministro de Economía en 2005, tomó la decisión de eliminar este vehículo y
gastar esos recursos. En su opinión, aquella "hucha" no tenía sentido
"técnico ni ético".
Ante esta situación, lejos de reordenar el gasto
público para evitar una subida de impuestos, Correa ha redoblado la presión
fiscal llevando el IVA del 12% al 14%, aprobando un nuevo impuesto a las
utilidades, anunciando un gravamen adicional al patrimonio o incluso creando
una tasa equivalente a un día de sueldo de todos los trabajadores que cobran
más de 1.000 dólares mensuales.
Con este "paquetazo
fiscal", Correa quiere recaudar 2.400 millones. Merryl Lynch tiene claro
que los gastos de reconstrucción derivados del terremoto ascienden a 1.000
millones, por lo que el servicio de estudios de dicha casa financiera ha
emitido un informe en el que acusa al gobierno de aprovechar el terremoto para
disparar los impuestos.
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