De manera que cuando sus áulicos señalan que debe dejarse que siga “inaugurando obras”, la pregunta que surge es muy sencilla: ¿Cuál? ¿El repintado de verde de las escaleras que, como todo el mundo sabe, fueron hechas durante la gestión anterior? ¿La inútil peatonalización del jirón Ucayali? Nada que exhibir.
Ahora, los opinólogos de siempre le ven todo tipo de defectos a la revocatoria, los que no veían mientras los revocados eran provincianos. ¿No es racismo acaso?
Pero no importa. El pueblo, sobre todo los más pobres, ya tienen decidido su voto y lo van a ejercer.
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