El proceso de la reforma de transportes es un proceso tenso e intenso. La batalla real es entre los reformadores liderados por la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, de un lado. Y del otro lado, los intereses de los que se resisten a modernizarse aliados con los que quieren adelantar las elecciones municipales en Lima Metropolitana.
La prensa no tendría por qué ser un obstáculo al proceso sino un narrador objetivo de lo que sucede. En ese sentido, el debate entre la MML y los que se oponen a la reforma no tiene por qué transformarse en un debate entre la municipalidad y algunos poderosos grupos de información. De pronto, parece que a los equipos de transportes de la MML les hubieran cambiado los contrincantes. Y esto ha sido particularmente sorprendente cuando dos días después de terminar la actualización y formalización de 150,000 taxis aparece un titular realmente sorprendente en el que señalan que se suspende la fiscalización sugiriendo cálculo político de por medio. Incomprensible. Al propio tiempo, la reforma recibe durante la misma semana tres artículos en la página editorial con diferentes niveles de críticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario