Resulta curiosa la aparente convicción con la que algunos asumen lo que no son. Sobre todo cuando son vinculados con gobiernos fracasados. No importa que el supuesto indignado mantenga una inclinación pública por las mismas ideas que esos gobiernos. Al ser señalado, lo negará, se indignará y esperará que le creamos. Algo que no podemos negar es que, gracias a nuestra pasividad, hay quienes logran despistarnos.
Un buen ejemplo es el chavismo. Hace más de una década Venezuela optó por un régimen mercantilista-socialista e invirtió enormes recursos en establecer o financiar regímenes satélites en toda la región –posible gracias a los altos precios del petróleo de entonces–.
http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/no-chavista-carlos-adrianzen-noticia-1892024?flsm=1
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