... Kevin Dowd hizo campaña a favor de la salida de su país de
la UE. En sus artículos fundamenta su posición exponiendo que:
La Unión Europea en términos de democracia, no puede ser
considerada un modelo exitoso.
Su Constitución no es más que una “joya de imitación” de las
Cartas Magnas inglesas. Los resultados obtenidos por estas últimas a lo largo
de varios siglos… son la mejor prueba de que están fundadas en ideas y hábitos
beneficiosos para la comunidad en su conjunto. No ocurre lo mismo con la
constitución europea.
Bajo cualquier parámetro que se la juzgue, la UE está
gobernada por una corrupta y opaca cleptocracia radicada en Bruselas, que no
rinde cuentas a nadie. Exprime de los contribuyentes británicos miles de
millones de libras esterlinas al año, y la mayoría de esos fondos se
desperdicia en proyectos improductivos e irracionales, concebidos para que
algún político vuelva a ganar elecciones.
Dado que las élites políticas, económicas, de los bancos
centrales, los CEOs de las empresas multinacionales, de bancas de inversión
como Goldman Sachs y algunos Premios Nobeles estaban anunciando que ocurrirá
una “catástrofe” si gana el Brexit, la elección de los votantes demuestra un
creciente repudio hacia las élites gobernantes y el “mundo virtual” donde ellas
viven. La causa es que están cada vez más alejadas de los intereses y las angustias
del hombre común.
La UE se inmiscuye en los asuntos internos de Gran Bretaña y
demanda cada vez más control sobre los mismos. Es claro que los que dirigen la
Comunidad Europea desde Bruselas aspiran a imponer una única política fiscal y
de asuntos exteriores.
La política monetaria llevada adelante por el BCE es un
revoltijo y el euro está a punto de colapsar.
La política económica de la UE ha provocado bajo crecimiento
económico y altos índices de desempleo a lo largo de toda Europa. No se
vislumbra que esa situación vaya a cambiar en el corto o mediano plazo.
La UE impone una serie de regulaciones mal orientadas e
impide el libre comercio internacional. Entre las que han provocado efectos más
negativos a nivel mundial se encuentra su Política Agrícola Común que ha
condenado a la pobreza a millones de personas de los países productores de
alimentos, y los ha encarecido para los consumidores europeos. Esa es una de
las causas principales del problema inmigratorio que sufre Europa.
De las razones mencionadas surge que en gran medida los
defensores del Brexit sintieron que sus libertades estaban en riesgo a raíz de
las políticas llevadas adelante por la UE.
Hay muchos caminos para explotar a los pueblos y convertirlos
en siervos de los sátrapas. Algunos son bien directos como las dictaduras.
Otros más camuflados adoptan apariencia democrática, pero el desenlace es el
mismo: la degradación a la servidumbre de amplias capas sociales.
La política y el derecho juegan un rol fundamental en la
calidad de vida que es factible tener, tal como lo demuestra las diferencias
abismales que existen entre los países. Las claves para originar el contexto en
que es posible llevar una vida digna son: la limitación del poder mediante su
fraccionamiento, que el ciudadano tenga control sobre cómo se administran los
dineros públicos y que el votante conozca “cara a cara” a los que aspiran a
ocupar cargos públicos.
Es decir, todo lo contrario de lo que la UE representa: La
libertad individual está mejor protegida dentro de territorios pequeños que en
los grandes, donde los residentes de un lugar son los que designan a sus
autoridades y el dinero de esos contribuyentes se gasta dentro de sus límites,
al estilo de los cantones suizos.
Por otra parte, la experiencia histórica ha demostrado que
sin autonomía económica individual, las demás libertades son puro cuento. Aquel
que controla nuestros medios de vida controla simultáneamente todos los demás
aspectos de nuestras existencias. Ergo, estamos bajo su dominio y sin defensas
efectivas.
Hay tres formas en que las autoridades se apropian del fruto
del trabajo ajeno: las expropiaciones sin compensación previa, el monopolio de
la emisión monetaria por parte de los Bancos Centrales con el consiguiente
“curso forzoso” y los impuestos que no funcionan bajo la modalidad “cantones
suizos”.
Las élites gobernantes de la UE se comportan como lo
describe Dowd. Se han transformado en verdaderos “ogros filantrópicos”,
coartando libertades y succionando una porción cada vez mayor del trabajo de
sus conciudadanos. Es una evolución que espanta, si consideramos lo que señala
el historiador Alan J. Taylor
“Hasta agosto de 1914 un inglés podía pasar toda su vida sin
notar la existencia del estado más allá del correo y de algún policía. Podía
vivir donde quisiera y como quisiera. No tenía ningún número oficial ni cédula
de identidad. Podía viajar y dejar su país sin permiso oficial y sin
pasaportes. Podía intercambiar su moneda por cualquier otra divisa sin
restricción o límite alguno. Podía comprar bienes de cualquier otro país en los
mismos términos que lo hacía en el suyo […] Los ingleses pagaban en concepto de
impuestos el 8% de la renta nacional”.
Algo parecido ocurría en el resto del mundo occidental.
Actualmente, a raíz de la carga impositiva, un ciudadano debe trabajar varios
meses gratis para el Estado. Cuando la gente trata de defenderse de ese
latrocinio, sacando su dinero a otras
partes para ocultarlo de la codicia de sus gobernantes, estos estipulan
“acuerdos fiscales”, eliminación del secreto bancario y la eliminación del
dinero físico, para que el mundo entero se convierta en una enorme prisión
donde no haya dónde refugiarse de la rapacidad de esas élites.
Los habitantes de los países más débiles debemos soportar
sin medios de defensa las imposiciones imperialistas de la UE. En consecuencia,
nos alegra que los británicos le hayan dado un buen “tirón de orejas” y un
fuerte llamado de atención. Ojalá que, nuevamente, la cultura anglosajona salve
a la humanidad de la tiranía internacional hacia la cual se está encaminando.
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