Van pasando las semanas y el futuro de la señora Susana Villarán se complica más. Cada nuevo sondeo de opinión que es publicado muestra a una mayoría de limeños a favor de que su mandato sea revocado. Se va acercando el día del juicio final pero la alcaldesa sigue igual, como si nada hubiera pasado.
Así tenemos que cada día aparece una nueva muestra de ineficiencia municipal, reforzando la imagen de incapacidad que se ha forjado ante el electorado. Del desastre del cauce del río Rímac pasó a intentar justificar la suspensión del túnel a Lurigancho, y ahora tendrá que explicar por qué el proyecto de la Costa Verde Sur está paralizado.
Con lo cual, al tener que defenderse de tanta obra inconclusa, no le queda margen para presentarle a la población una visión de lo que sería la segunda parte de su mandato. Ella está permanentemente a la defensiva y eso se ve reflejado en el alto nivel de rechazo que recibe de los ciudadanos.
Por otro lado, no hay un mea culpa ni un propósito de enmienda de su parte, como si su gestión fuera excelente, y la masiva impopularidad que tiene fuera únicamente un problema de no haber sabido ‘vender’ sus logros, de ‘no haberlos comunicado’.
Incluso, anunció una renovación de su equipo pero al final solo rotó en los cargos a los mismos funcionarios que no le han dado resultados. No hay nadie nuevo de peso que podría crear, al menos, la expectativa que la administración mejoraría.
Finalmente, su campaña está concentrada solo en desprestigiar a sus enemigos en lugar de tratar de resaltar lo que espera lograr el próximo par de años. Al final de cuentas, si Marco ‘es turbio’ o el ‘mudo’ está detrás de los revocadores es irrelevante para los limeños que están preocupados por el infernal estado del transito, por ejemplo. En realidad, si la señora Villarán no se da cuenta de la necesidad que tiene de cambiar, es poco probable que se salve.
http://peru21.pe/impresa/simplemente-no-ve-2113407
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