Por eso los exégetas del impresentable se jamonearon de lo lindo en Santiago. Primero sermonearon por haberse “independizado del imperialismo yanqui”; luego se abrazaron porque quien asumía la presidencia de la Celac era Raúl, hermanísimo del dictador-asesino de Cuba, Fidel Castro. Toda una payasada. Evo Morales, por ejemplo, la mesa de noche altiplánica del impresentable, se rasgaba las vestiduras hablando de democracia; cuando en simultáneo lanzaba panegíricos a la dictadura cubana y al jerarca de esa isla prisión que acaba de duplicar, sin asco, el número de presos políticos; aparte de mantener a los cubanos sin libertad de expresión y sindicalización, sin partidos políticos, sin elecciones democráticas, sometidos a una pobreza de horror y bajo un férreo control policíaco hace ya de esto 54 años. Es decir, sin independencia ni derechos humanos de género alguno. Entonces, ¿de qué democracia habla Evo Morales, si el flamante presidente del grupete que sesionó en Santiago es un dinosaurio comunista que maneja su país al estilo de Stalin, Lenin y demás ideólogos a quienes emula la saga Castro Ruz? Incluso Morales aplaudió –al borde de las lágrimas– y lanzó un elogio de náusea a los “hermanos Fidel Castro y Hugo Chávez, gracias a quienes –dijo– existe este foro latinoamericano”. Por favor, un ente creado por el impresentable y su mentor Fidel “paredón”, dos pitecantropus totalitarius, ¿puede serle útil al Perú moderno?
La verdad es que mientras el mundo loa el éxito de países latinoamericanos como Perú, Colombia, Chile y México –que progresan sostenidamente; en nuestro caso hemos reducido 30% la pobreza sólo en dos décadas– resulta penoso que esas naciones se exhiban en un foro regional promovido por Fidel y el impresentable.
http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/un-bodrio-llamado-celac
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