Aldo.
El rector Rubio está perdiendo la cordura con esos virulentos ataques verbales al Vaticano, al Monseñor Bertone y al Padre Gaspar. Y otra vez vuelve a personalizar la disputa en Cipriani, para mañosamente satanizar a éste y no ir al fondo del asunto: él y su argolla caviar se han entronizado en un sitio que no les pertenece. Él y su lugarteniente Pepi Patrón afirman que el interés del Vaticano es por los bienes, pero más bien parece que ese fuera el de ellos.
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