Un excelente reportaje de
Ricardo Uceda ... describía las tribulaciones del premier Valdés, al cual, en
el último tiempo, pocos le hacían caso en el gobierno. Abundan las
anécdotas de ministros que despachan con la primera dama ... y realizan cosas
de las que el presidente del Consejo de Ministros se entera por las
noticias. Esta situación se parece a la ... Salomón Lerner, en las últimas
semanas de su gestión. Precisamente Valdés, entonces ministro del Interior, y
otros ministros y funcionarios, trataban las cosas directamente con Humala o
Heredia, y ejecutaban políticas no solo distintas sino contradictorias a las
que Lerner proponía. Esta manera de conducir el gobierno solo produce
conflictos internos y desorganización a la hora de ejecutar acciones, con
resultados negativos para todos. Pero a la pareja presidencial parece que le
encanta. Al parecer disfrutan más de su poder de esta manera, mientras el país
se va sumiendo en la confusión y el desconcierto.
AÁR ha revelado que a algunas
personas que les han ofrecido una cartera ministerial les precisaron que
entrarían solos, es decir, desde Palacio se nombraría a los viceministros y
funcionarios importantes. Lo peor de todo es que las designaciones de
funcionarios de la pareja presidencial, por lo general, son muy malas. Eligen
en función de lealtades personales, favores anteriores o parentesco, no por
capacidad y honradez. ¿Qué tipo de personas aceptarían esas condiciones
para ocupar un ministerio? No las que se necesitan, sin duda. Nadie que se
respete a sí mismo y que esté interesado realmente en desempeñar un cargo
público con responsabilidad, eficiencia y honestidad, se sometería a esas
condiciones que convierten las dependencias del Estado en una olla de grillos,
con funcionarios reportando directamente al presidente o la primera dama, y
ejecutando las directivas de ellos y no las del ministro respectivo.
El asunto del personal en los
cargos públicos es ahora decisivo para una buena gestión, porque el gobierno
carece de rumbo y de políticas, salvo en economía, donde tuvo el acierto de
continuar lo hecho por anteriores gobiernos y con los mismos
funcionarios. Si no hay una política que aplicar, el ministro y los
funcionarios de un sector tienen que crearla. Y si son ignorantes y/o
incompetentes fracasarán de todas maneras. Un caso típico es el de la
seguridad. Hasta ahora ha habido tres ministros del Interior en menos de un
año, y probablemente habrá un cuarto dentro de poco. Ninguno ... tenía la más
remota idea de lo que había que hacer. Para colmo, el director de la
Policía fue nombrado para el cargo porque tiene un fuerte amarre con la pareja
presidencial. Botaron a 30 generales, sin ningún criterio, solo para ponerlo a
él. Ha sobrevivido al escándalo de Las Brujas de Cachiche y, mucho más
importante, a la fracasada operación “Libertad” en el VRAE. A causa de ese
desastre que costó la vida de policías y militares, cayeron dos ministros y
todos los jefes de las FFAA involucrados. El único que sobrevivió, a pesar de
tener directa responsabilidad en el fracaso, fue el general Raúl
Salazar. La seguridad se sigue deteriorando sin pausa, y Salazar permanece
allí impertérrito. La única explicación es que la pareja presidencial lo
sostiene, y no porque sea eficiente, competente u honesto ... sino porque sirve
con sumisión a los intereses particulares de los Humala Heredia.
En el actual gabinete hay un
puñado de ministros que están haciendo las cosas bien. Quizás de allí salga el
próximo premier. En cualquier caso, un cambio de gabinete probablemente
mejorará la imagen del gobierno ante la opinión pública durante algún
tiempo. Pero si la pareja presidencial sigue actuando como hasta ahora, si
no hay una gran transformación en la manera de gobernar, los próximos cuatro
años serán de angustia y preocupación para muchos peruanos. Si no hay
mejoras en la seguridad, la educación, la salud, la justicia, no habrá la tan
mentada inclusión social, que no es un problema solo ni principalmente de
programas asistenciales. Y si además persiste la desaceleración del
crecimiento económico y la desacertada manera de tratar los conflictos
sociales, tendremos periodos de gran turbulencia.
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