Desde hace varios días, el estado de salud de Chávez se considera crítico, con sus funciones vitales asistidas
artificialmente a raíz de la operación a la que
fue sometido el 11 de diciembre debido
al avanzado
cáncer que padece y de las complicaciones del
post-operatorio provocadas por una infección.
Con fiebre
constante, pérdida de conciencia y
sin responder a los antibóticos, el presidente venezolano llegó a final de año
en cuidados intensivos, sin ingerir nada sólido desde que fue operado hace tres
semanas, con «ano contra natura» y alimentación intravenosa debido a la extracción de casi medio metro de intestino, de acuerdo con fuentes de inteligencia con acceso
a su equipo médico. También sus funciones respiratorias se encontraban
asistidas artificialmente tras
la traqueotomía a la que fue sometido por una infección que motivó la retención
de líquido en los pulmones. Ese cuadro se completa con insuficiencia renal.
En la operación llevada a cabo el día
11 para extirparle cuatrocultivos cancerígenos de pelvis e intestino, al presidente venezolano le fueron extraídos 43,4
centímetros de intestino delgado. Una biopsia llevada a cabo durante la cirugía
también detectó células cancerígenas en las paredes internas
del intestino y en la vejiga.
La operación, realizada por un equipo
médico llegado expresamente de Rusia, con asistencia de médicos cubanos,
también comprobó que la metástasis en hueso y médula espinal seguía progresando a paso constante. En condiciones
normales esto hubiera requerido probablemente un próximo trasplante de médula,
pero su estado ya tan deteriorado no ha permitido más actuaciones.
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