jueves, 4 de agosto de 2016

LIBRE MERCADO. La increíble recuperación de Irlanda en seis gráficos

Su favorable fiscalidad, su capacidad para atraer inversión foránea y su enorme capacidad exportadora explican la sólida recuperación irlandesa.

Recibíamos hace escasas fechas la increíble noticia del crecimiento económico que experimentó Irlanda el pasado 2015, un 26,3%. Al tratarse de una cifra tan asombrosa, muchas personas trataron de restarle relevancia achacando este histórico resultado a factores tales como las multinacionales que operan fuera del país, pero que tienen su sede en Irlanda por los beneficios fiscales que ofrece a las empresas.
Esto abre un debate más amplio: ¿Se ha basado en este factor la rápida recuperación de la economía irlandesa? ¿Debe Irlanda su riqueza a las multinacionales? ¿Esta recuperación ha venido acompañada de una mejora en las condiciones de vida de los irlandeses?
Para que la respuesta a la primera pregunta fuera sí, el Producto Nacional Bruto (PNB) debería, al menos, haberse mantenido constante desde el inicio de la recuperación en 2013 o haberse reducido, sin embargo, ha experimentado un crecimiento del 27%. En concreto, su crecimiento en 2015 fue del 18,6%, lo que disipa las dudas sobre la primera pregunta.


Otro dato que refuerza la idea de que los irlandeses no han ganado su riqueza sencillamente esperando a que sus bajos impuestos atraigan a las empresas (algo que sin duda ha ayudado y es positivo) es su balanza comercial.
Ésta no solo es positiva (lo que indica que exportan más de lo que importan), sino que en el último año ha mejorado su resultado positivo pasando de 34.600 millones de euros a más de 80.000, gracias al vertiginoso ascenso de las exportaciones del país, que han pasado de suponer 219.790 millones en 2014 a 317.197 en 2015, lo que supone un aumento del 44%.
Además, hay que resaltar que este dato no es el primero que ilustra que Irlanda está saliendo de la crisis consolidando un modelo exportador capaz de satisfacer la demanda de los mercados internacionales, ya que la balanza comercial también mejoró de 2010 a 2014, pasando de 27.870 a 34.608 millones de euros.


Para contestar a la tercera pregunta empecemos por ver la evolución de la tasa de paro en Irlanda. Ésta se ha reducido del 10,2% en 2014 al 8,9% a cierre de 2015, lo cual supone una caída del 13% en términos relativos. Además, el paro también bajó en términos absolutos en 25.400 personas durante 2015, lo que supone una reducción similar del 11,6%.


Llegados a este punto, y sabiendo que el Gobierno Irlandés ha decidido rebajar el Impuesto de Sociedades al 6,25%, cabe preguntarse también si esto tendrá efectos positivos sobre la economía irlandesa.
Para tratar de responder a esta pregunta debemos retroceder hasta 1995, cuando Irlanda decidió bajar el Impuesto de Sociedades al 12,5%, tipo impositivo que se había mantenido hasta ahora. Para empezar, veamos sus efectos sobre la inversión extranjera en el país. En el siguiente gráfico se aprecia claramente que el despegue de la inversión extranjera en Irlanda vino de la mano de esta histórica rebaja fiscal a las empresas, pasando de tasas menores al 5% en las décadas anteriores a 1995 a resultados que superaban el 20% en los años posteriores, alcanzando su máximo histórico el año pasado, con más de un 50%.
Sabiendo esto, es razonable pensar que la nueva rebaja tiene muchas posibilidades de actuar como un imán para la inversión extranjera, lo que redundará en una mejora económica del país.


Además, hay que preguntarse cómo evolucionó el PIB desde esa rebaja fiscal respecto al resto de países europeos. Si se compara el PIB per cápita de Irlanda, Francia, Reino Unido, Alemania y España desde 1970 a 2015, se observa cómo en 1970 Irlanda partía en último lugar, incluso por debajo de España, pero a partir de los 90 comenzó un vertiginoso ascenso que hizo que superase a sus vecinos europeos a partir del 2000.
De hecho, incluso en los peores años de la crisis, mantuvo su liderato. Este sustancial aumento del PIB per cápita, propiciado, sin duda, por el aumento de la inversión, gracias a los bajos impuestos, muestra un futuro halagüeño para la isla en los próximos años.


Pese a estos datos, nos encontramos con el mismo problema que al principio ¿Qué parte de este crecimiento se debe a agentes nacionales produciendo en el extranjero? Para resolver esta incógnita no tenemos más que cambiar los datos de PIB per cápita por los de Ingreso Nacional Bruto per cápita para un periodo muy similar (1972-2015).
En este caso, las diferencias iniciales eran mucho menores, pero éstas se hicieron más visibles en los años previos a 1995, estando Irlanda compitiendo con España por el último puesto de la lista, a una gran distancia del resto. Sin embargo, el despegue económico registrado desde 1995 también es evidente usando este indicador, pese a que en los años más duros de la recesión Irlanda perdió su primer puesto para, posteriormente, recuperarlo en 2015.


Pese a los efectos económicos claramente positivos que ha propiciado la rebaja de Sociedades, el Gobierno del PP ha anunciado recientemente un nuevo hachazo fiscal via Impuesto de Sociedades para lograr ajustarse al déficit, tal y como exige Bruselas.
Parece claro que tratar de elevar la recaudación de este impuesto en 6.000 millones, tal y como propone el Gobierno en funciones, mientras que un vecino como Irlanda baja el Impuesto de Sociedades a la mitad, constituye una invitación a las empresas a emigrar hacia países con una fiscalidad menos opresiva.
El déficit no constituye en absoluto una excusa para esta nueva subida fiscal, ya que el Gobierno podría negarse a subir este impuesto y recortar el gasto, tal como hizo Irlanda en su momento. Si lo que pretendemos es tener buenos resultados, copiemos a quienes ya los han obtenido, no hagamos lo contrario.

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