Un país de casi 115 millones de habitantes, lleno de contrastes que parecen irreconciliables, entre una relativa estabilidad económica y un alto nivel de corrupción e impunidad, se enfrenta al desafío de hallar el proyecto capaz de dirigir los destinos de esta nación. Con un nivel de pobreza que afecta a casi la mitad de la población (46,2 por ciento), México es también cuna del magnate de las telecomunicaciones Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, según la revista Forbes.
El incremento exponencial de la violencia, que ha dejado más de 50.000 muertos en casi seis años, como resultado de la guerra contra el crimen organizado emprendida por el presidente Felipe Calderón, es uno de los principales y más complejos retos que tendrá que asumir el nuevo presidente.
"Pacificar el país ahora está muy complicado, se salió de control. Es como pegarle a un avispero, las avispas que estaban ahí, en un rincón, han invadido toda la casa", asegura el analista José Antonio Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económica (Cide).
Parte de la herencia que dejará también el presidente Calderón a su sucesor es una pobre generación de empleos formales; la dependencia alimentaria que México tiene del exterior, derivada del sistemático abandono del campo; la pendiente reforma energética que reactive a la paraestatal Petróleos Mexicanos, y la deficiente calidad de la educación pública avalada por el corporativismo sindical.
La jornada electoral comienza bajo una nube de desconfianza y temor por la latente amenaza de que se genere un conflicto postelectoral.
Andrés Manuel López Obrador, candidato del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, segundo favorito, con el 23,8 por ciento, ha acusado constantemente a Peña Nieto de ser un producto creado por la televisión, mientras que él se dice víctima de un cerco informativo.
Hace unas semanas, el periódico inglés The Guardian puso al descubierto supuestos acuerdos entre Peña Nieto y la empresa Televisa para favorecer la imagen y la candidatura del priísta.
"Reportamos que una unidad secreta fue creada en Televisa, el mayor radiodifusor del mundo en habla hispana, para promover al favorito en la campaña presidencial de México, Enrique Peña Nieto", publicó el diario. Dando eco a estas denuncias nació en mayo el movimiento estudiantil 'Yo soy 132', que refrescó el ambiente electoral.
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