Un balance no puede ser solamente optimista y triunfador. También tiene que ser realista. Nuestro principal problema es que retos estructurales que vienen desde años atrás todavía están ahí, sin mucho progreso en las soluciones. Veamos los principales retos:
Seguimos teniendo un estado débil. Aparte de algunas entidades como el BCR, la Superintendencia de Bancos, la Cancillería y unas cuantas más, nuestra administración pública enfrenta graves problemas: excesiva burocracia, indecisión, duplicación de funciones, remuneraciones desordenadas y generalmente bajas, falta de memoria institucional y muchos otros defectos. Es urgente definir qué queremos para llevar a cabo una verdadera "reforma del Estado".
Lentitud e indecisión para promover los grandes proyectos de infraestructura y desarrollo que necesita el Perú. Tenemos muchos proyectos eléctricos, inversiones petroleras y gasíferas, obras públicas y demás que esperan decisiones de varios ministerios desde hace meses y a veces desde hace años. Este tipo de indecisiones al final tienen un altísimo costo y nos pueden llevar a una crisis energética. Es urgente que se apriete el botón de la alarma para que estos obstáculos, muchos de ellos artificiales y burocráticos, desaparezcan. El miedo burocrático es un peso muerto para la economía.
El gobierno ha hecho bien en promover la reforma magisterial que empezó Alan García. Pero todavía nos falta muchísimo en educación básica y en educación tecnológica. En las pruebas internacionales... estamos cerca del último puesto en AL en matemáticas y lectura, y a su vez, AL está muy detrás de los países de Asia y de Europa. No vamos a tener un sistema de educación pública mejor si no enfrentamos el tema de los bajísimos sueldos que reciben los profesores: claro, los docentes deben mejorar su actuación pero también es cierto que no lo pueden hacer si siguen recibiendo remuneraciones míseras. En cuanto a educación tecnológica, debemos... establecer colegios tecnológicos oficiales en todas las regiones del Perú, con directorios conformados por empresarios para promover carreras para las cuales hay demanda en el mercado.
Urge la reforma del sistema judicial y de la seguridad pública. Los policías, igual que los maestros, siguen muy mal pagados...La remuneración no es el único factor pero en una economía competitiva el talento se dirige naturalmente hacia las actividades mejor remuneradas. Tenemos que hacer un cambio radical, que ojalá se esté iniciando.
El agua potable y el saneamiento son muy deficientes en el Perú: todavía hay millones de personas que no tienen agua potable en su casa, lo cual genera enfermedades y un nivel de mortalidad infantil que es incompatible con el nivel de nuestro desarrollo. Se debe emprender la gran reforma del sector, en la cual los usuarios sean los accionistas de las empresas públicas de saneamiento, las cuales hoy casi todas funcionan mal, con ingentes pérdidas y por consiguiente recursos inadecuados para hacer las inversiones necesarias. Nuestro sistema de salud pública enfrenta retos como la epidemia del dengue en la Amazonía, la prevalencia de tuberculosis resistente al tratamiento, crecientes índices de SIDA, y demás problemas. Debe aumentarse los recursos disponibles para la salud pública, y al mismo tiempo, siguiendo el ejemplo de algunos países vecinos, se puede liberar recursos privatizando servicios para los grupos económicos que los pueden pagar.
El Perú tiene años muy buenos por delante, gracias a buenas políticas económicas, un perfil demográfico muy favorable para el desarrollo, y un grupo grande de pequeños emprendedores muy motivados. Aprovechemos estas circunstancias para pegar el gran salto hacia el desarrollo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario