
El damero geoestratégico regional está hoy más revuelto que nunca. La sexta cumbre de Unasur que concluyó el pasado viernes en Lima fue cualquier cosa menos una cumbre, si se toma en cuenta la ausencia de cuatro presidentes clave: Dilma Rousseff, Cristina Fernández, Hugo Chávez y Evo Morales.
Con razón, la enviada especial del diario argentino Clarín, Eleonora Gosman, dijo que la cita “marcó un retroceso para el foro regional”. Y que “no deja de ser llamativo que los faltazos procedieron de los gobiernos más entusiastas respecto a Unasur: Brasil, Argentina, Bolivia y Venezuela”. El mensaje es evidente y claramente no dice relación con las súbitas enfermedades o necesidades de agenda que se esgrimieron para justificar las inasistencias.
Otras son las razones, sin duda, para no haber dado quórum al encuentro en Lima. La principal de ellas fue explicitada también, a su turno, en el análisis de Gosman, que se refirió a “la dificultad de este grupo en fijar posiciones respecto de los nuevos conflictos en la región”. La decisión del colombiano José Manuel Santos de rechazar, en duros términos, el fallo de la Corte de La Haya sobre el diferendo marítimo de su país con Nicaragua alejó del cónclave al bloque del ALBA, al que desde Hugo Chávez para abajo se supone solidario o afín con el gobierno del sandinista Daniel Ortega.
http://www.americaeconomia.com/analisis-opinion/unasur-en-la-congeladora-mercosur-en-expansion-y-celac-en-veremos
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