martes, 14 de agosto de 2012

Aldo. Sereno moreno.

- Conozco a Pedro Cateriano y sé que es una excelente persona, pero oteé la fragancia de problemas futuros cuando me enteré de su nombramiento como ministro de Defensa. Ex mano derecha de Fernando Olivera y vargasllosista a ultranza (con las mismas fobias y manías del escritor incluso. Es muy "alvarito" en ese sentido), Cateriano cultiva un antiaprismo y un antifujimorismo militante que tarde o temprano iban a provocar una colisión. Y ha sido más temprano que tarde. Cateriano tiene que darse cuenta de que es un ministro, no un congresista y que por eso tiene que actuar mucho más políticamente, no saliendo a "bronquearse" y a responder desmesuradamente cuando tan solo desde la oposición le han hecho reparos -y bien sustentados- a ese importante paquete de reformas militares y policiales. ¿O qué quiere, que nadie le discuta, que le aprueben de frente, unánimemente y sin discutir algo tan serio como una delegación de facultades sobre temas tan sensibles y que tampoco él ha explicado en detalle? ¿Hablar de "boicot", "petardeo", "fujimontesinismo" y "antipatriotas" porque no están de acuerdo con él (¡y encima dice que no va a perder la calma con esos epítetos! ¡Cómo hubiera reaccionado si se hubiera molestado! ¿Con mentadas de madre?)? ¿O hay detrás algo mucho más serio que desconocemos y que motiva que Cateriano se aleone tanto? Me imagino que debe haber -es natural- resistencias internas a esos cambios o que esa destitución que ordenó de un viceministro por reunirse sin permiso con los surcoreanos en el Sheraton para tratar la compra de aviones debe ser parte de un gran ajedrez enervante, donde se cruzan Humala, Defensa, Seúl y Brasilia (que anda muy molesta con Ollanta tras apoyarle tanto en su campaña y ser ignorados hoy en día). Espero que lo tome a bien, pero Cateriano tiene que cambiar de actitud y ser más prudente, con más "correa", menos picón y termocéfalo. Si no, no va a durar mucho: los fosforitos se queman muy rápido y más aún en carteras tan complicadas como Defensa.
Porque a mí también me inquieta esa delegación tan profunda y amplia de facultades. No le tengo 100% de confianza a Ollanta -ni a su asesor el "Ácido" Villafuerte"- como para darle un pagaré en blanco respecto al Ejército por más Cateriano que sea su avalista, con proyectados cambios estructurales en el Comando Conjunto y la posibilidad de que se cree una especie de "Capitán General" sobre todos los generales y almirantes, como bien explicaron Mora y Tubino, dos exuniformados que militan incluso en orillas muy opuestas. O eso que suena a una militarización de la Policía. Encima, a Cateriano, salvo en el tema de pensiones, se le percibió que no dominaba mucho los otros planteamientos.
Aún temo el resurgimiento -que en nuestro país se da cada diez años- del "Partido Militar" en nuestra política. Si cuestionar eso es "boicotear"...
- ¿Saben cuánto invirtieron los ingleses en estas Olímpiadas? Nada menos que 14,500 millones de dólares. Y Alan postuló a Lima como sede... ¿Y vieron la garra de los rusos en el vóley masculino contra Brasil por la medalla de oro? Habían perdido los dos primeros sets e iban atrás en el tercero cuando les entró la vergüenza deportiva, mordieron la cancha y les salió ese espíritu de Stalingrado que venció a la Wermacht, volteando el partido 3-2. Les sobra lo que les falta aquí a nuestros deportistas y les faltó también a estos brasileños. ¿Se acuerdan las Olimpiadas de Seúl 88, cuando les ganamos los dos primeros sets a las rusas e íbamos adelante 12-6 en el tercero -con partidos que acababan a 15- y nos terminaron ganando 3-2, cayendo en el quinto set por 17-15 cuando tuvimos tres veces el match point para definirlo? Siento sonar implacable, pero ese partido nunca, nunca, nunca debimos perderlo. Pero claro, tuvimos un "triunfo moral" más...

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