Romney, de 56 años, ve culminado el sueño de acceder a la candidatura, tras fracasar en 2008 y haber tenido que superar esta vez una larga campaña de primarias en la que se enfrentó a una decena de rivales. En la votación de hoy todavía uno de esos rivales, el ultraliberal y antibelicista Ron Paul, se resistió a darle el apoyo. Está previsto que Romney se dirija a la Convención el jueves por la noche, con un discurso en el que aceptará la candidatura y expondrá su estrategia para devolver la Casa Blanca a los republicanos. A lo largo de la jornada de hoy, los participantes en la Convención Republicana pusieron el énfasis en la necesidad de derrotar al presidente, Barack Obama, un político que no es apto, según los conservadores, para arreglar la economía.
"Nunca ha dirigido una empresa. Ni siquiera ha revendido en un mercadillo o mirado el interior de un puesto de limonada", dijo el presidente del partido, Reince Priebus, en alusión a Obama. Romney se presenta ante el electorado como un gestor exitoso, que fundó y gestionó con éxito la firma de inversiones Bain Capital, salvó de la quiebra los Juegos Olímpicos de invierno celebrados en Salt Lake City en 2002 y gobernó el estado de Massachusetts, donde redujo el déficit e instauró un sistema de cobertura médica en el que terminó inspirándose Obama.
La necesidad de revivir el "sueño americano", de crear empleo, de frenar las injerencias del Gobierno y de defender la vida, la familia y las libertades individuales dominaron los mensajes de los cargos públicos y representantes del partido que fueron pasando hoy por la tribuna. El congresista por Texas Francisco Canseco argumentó que la respuesta a los problemas actuales de EEUU "es simple": "impuestos más bajos y menos Gobierno", ésa es la solución, porque significa, en su parecer, "más oportunidades y mejores empleos para un futuro más próspero para las siguientes generaciones".
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