jueves, 26 de julio de 2012

EL PAIS. Alemania presiona a Grecia para que acelere los recortes presupuestarios

El viernes se espera el informe de la troika de acreedores del Gobierno griego, compuesta por la Comisión Europea, el BCE y el FMI. El Ejecutivo alemán, por boca tanto de sus portavoces de Hacienda como de los voceros de la canciller Angela Merkel, pide paciencia hasta que se conozca su contenido. Pero con Merkel de vacaciones y la actividad parlamentaria en plena calma chicha estival, los socios de su Gobierno aprovechan para entretener la espera sugiriendo una y otra vez que Grecia debería abandonar el euro. El último ha sido el ministro de Hacienda del Baviera, Markus Söder, que el jueves dijo en la radio que “es mejor para Europa que Grecia abandone el euro: es mejor para la UE, para la Eurozona y también para la propia Grecia”. Söder pertenece a la Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera, partido hermano de la CDU de Merkel en ese próspero land. La coalición de centro-derecha que preside Merkel, compuesta por los democristianos (CDU/CSU) y los liberales del FDP, no pierde ocasión de mostrar en público sus desavenencias respecto a Grecia. El jefe del FDP y ministro de Economía, Philipp Rösler, expresó este fin de semana sus dudas sobre la permanencia de los griegos en la Eurozona. El jueves moderó su tono y lo adaptó al sonsonete del ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble (CDU). Lo decisivo, dice ahora Rösler, “será el informe de la troika”. El fin de semana dijo que la posibilidad de una salida griega “ya no asusta”, pero es posible que le asuste más tener que dejar la dirección de su partido y la Vicecancillería. El FDP continúa hundido en todas las encuestas y su voz apenas tiene peso en el Gobierno de Merkel.
Pero la crisis de Grecia permanece: el miércoles, el BCE dejó de aceptar bonos griegos como aval para los préstamos a corto plazo. El jueves se han conocido las nuevas medidas de austeridad que estudia el Ejecutivo del conservador Andonis Samaras en Atenas. Son 11.500 millones de recortes en los próximos dos años. Según recogían ayer a toda página los medios alemanes, diversos periódicos griegos adelantan que se pondrá un techo a las pensiones: 2.200 euros mensuales. También se impondrá un copago para pacientes que requieran servicios médicos por más de 1.500 euros anuales. Estos tendrán que abonar 10 euros por consulta y el 15% de sus gastos si requieren un ingreso hospitalario. Atenas se sigue apretando el cinturón mientras fuera crece el escepticismo, dos años y medio después de que se desencadenara su crisis de deuda.

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