No, que Brasil no haya acudido a una cita de su bebé Unasur es mucho más fuerte. Y dicen que la gota que rebalsó el vaso es la inminente salida de Petrobras del Lote 58, tanto porque no se le ha renovado la concesión... como porque ya no les interesa seguir adelante si no se va a hacer el gasoducto al sur, como los brasileños querían.
Todo indica que esta decisión marca el fin definitivo de la aventura brasileña de ayudar a colocar a un candidato en la silla presidencial peruana para ejecutar una serie de planes muy ambiciosos, como la construcción de varias megahidroeléctricas (como Inambari) para alimentar la incesante sed de energía vecina, la compra de aviones Supertucanos y otras armas (blindados, naves, transportes, fusiles Imbel, armas cortas Taurus) para cambiar nuestra matriz armamentística, el alineamiento total de Lima a Brasilia en su geopolítico proyecto sub-imperialista -así les tildaba Kissinger- Unasur, el gigantesco circuito gasífero del sur (Petrobras extrae el gas/Odebrecht hace el ducto/Braskem opera la petroquímica y la producción se va directamente a Sao Paulo por la Interoceánica), la lucha común contra el creciente consumo de cocaína en Brasil (ya se ha vuelto un mercado muy importante), el uso del Pacífico peruano como salida brasileña al Asia...
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