miércoles, 29 de agosto de 2012

Incendio de Amuay deja al descubierto debilidades en PDVSA

El accidente ocurrido en la refinería de Amuay dejó a la corporación estatal PDVSA ante un dilema: seguir adelante con el financiamiento de los programas estatales, que impacta su flujo de caja; o concentrarse en las actividades medulares para levantar la producción y aminorar el riesgo de nuevos siniestros.
A menos de 40 días de las elecciones presidenciales para los analistas resulta poco probable que el presidente Hugo Chávez, quien está optando a la reelección, realice un viraje en su modelo, que se basa en exprimir los ingresos de PDVSA para financiar los diversos programas estatales que son el sustento de su campaña electoral. Aunque las autoridades han descartado que la emergencia generada en Amuay pueda originar problemas de desabastecimiento de combustible, los analistas coinciden que el primer impacto del accidente se sentirá en el ya resentido sistema refinador venezolano lo que podría obligar al gobierno a incrementar las importaciones petroleras.
El gobierno defiende los llamados “aportes sociales” que realiza PDVSA a los programas estatales asegurando que eso forma parte de la misión de la corporación dentro del proyecto socialista que impulsa Chávez. Los analistas sostienen que el hecho de que la empresa estatal destine ingentes ingresos para las llamadas “misiones”, fuera de los aportes al Fisco, incide en sus finanzas y desvía la atención de su negocio. De 1,570 millones de dólares que dispuso PDVSA para las misiones en el 2004, año del lanzamiento de esos programas, esos aportes alcanzaron en el año pasado los 10,400 millones de dólares, según los informes de gestión de la empresa.
Para una corporación como PDVSA, que registró el año pasado ingresos por 124,754 millones de dólares, los “aportes sociales” podrían no generar mayor impacto en sus cuentas, pero al observar el creciente endeudamiento en el que ha incurrido la empresa en los últimos años, así como las importantes obligaciones que mantiene con sus proveedores, surgen dudas sobre sus finanzas. En los últimos seis años PDVSA ha elevado doce veces su deuda financiera para llevarla en el 2011 a 34,892 millones de dólares, mientras que las obligaciones con los proveedores cerraron el año pasado en 12,376 millones de dólares.
El director de la firma local de análisis financiero Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, afirmó que la corporación está sometida actualmente a una “presión de parte del Ejecutivo” que implica una “extracción de recursos muy alta” que ha originado “el deterioro que ha tenido PDVSA en actividades de refinación”. Oliveros dijo que PDVSA ha concentrado sus inversiones en la producción para evitar que un declive, “pero ha descuidado otras actividades entre ellas la refinación”. 
El gobierno sostiene que PDVSA genera 3 millones de barriles al día, y que la meta es elevar la producción en 500,000 barriles adicionales a finales de año. Estas cifras distan de las que ofrece la OPEP que asegura que el país para julio estaba generando 2.36 millones de barriles diarios.

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