martes, 28 de agosto de 2012

Rafael Ramírez: tragedia en refinería obliga profunda revisión de Pdvsa

La magnitud de la tragedia en la mayor refinería de Venezuela, donde una explosión mató a 48 personas y dejó centenares de familias afectadas, obliga a una profunda revisión en PDVSA, dijo el presidente de la firma estatal que tiene un largo historial de accidentes. En una entrevista, Rafael Ramírez, aseguró este martes que se investigará hasta conocer las causas de la catástrofe, la mayor en más un siglo de actividad petrolera en Venezuela, al tiempo que negó las acusaciones de falta de mantenimiento en la planta. "Tenemos un profundo dolor por lo que ha pasado (...) Esto nos obliga a hacer una revisión profunda. ¿Qué paso?", se preguntó el funcionario, uno de los pesos pesados del gobierno del presidente Hugo Chávez, quien está en plena campaña para una nueva reelección y ha supervisado las tareas de extinción. Dijo que esperará los resultados de las investigaciones, que tardarán aproximadamente un mes, para conocer "las deficiencias y reconstruir las normativas de seguridad". Garantizó también que el seguro cubrirá las pérdidas de la refinería Amuay, a menos que se trate de un sabotaje. "No descartamos ninguna hipótesis", advirtió.
El funcionario asegura que Pdvsa ha destinado casi 5.000 millones en los últimos cinco años en mantenimiento en las refinerías Amuay y Cardón, que conforman el Centro Refinador Paraguaná, segundo mayor del mundo con capacidad para procesar casi un millón de barriles por día. Pero este sábado se produjo una fuga de gas que hizo ignición en la zona de los tanques de combustible, generando un incendio de enormes magnitudes que afectó a nueve depósitos, estaciones de válvulas y tuberías, pero no a las unidades vitales de la planta. "La inspección ocurrió a las 12 de la noche y el evento ocurrió a la 1, es posible que la nube se conformara en menos de una hora. Pero, ¿cómo se hizo tan extensa y compacta?", relató Ramírez, quien espera tener más respuestas cuando se determine el origen de la fuga y su hubo fallas mecánicas. La brutal onda expansiva destruyó un cuartel militar cercano en el que murieron al menos 18 guardias nacionales. Arrasó además las comunidades vecinas dejando un reguero de dolor, destrucción y caos. "Lo próximo por hacer es reconstruir (la zona). Vamos a evaluar las localizaciones de algunas comunidades que han crecido mucho y anárquicamente (cerca de la planta)", aseguró el funcionario y confesó que esta crisis ha sido una de las más difíciles que le ha tocado atender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario