martes, 5 de marzo de 2013

entrevista a Julio Favre: "Es falso que la Confiep esté por el ‘No’"

Le gusta la política…
Fui presidente de la Confiep. Para que vaya bien, los empresarios deberíamos dirigir al país. Los políticos tradicionales han evidenciado su fracaso; son improvisados, ineficientes. La única manera de eliminar la corrupción es a través de las dirigencias empresariales y políticas. Necesitamos líderes honestos.

¿Alan García es honesto?
Sí. Fui su asesor en su segundo gobierno y, hasta donde lo percibí, es un hombre honesto; es más, trata de que la gente deshonesta ni siquiera se acerque a su entorno.
Si en 1990 le hubiera preguntado lo mismo, ¿qué me habría respondido?
Que no lo era. Fui un crítico muy severo de su primer gobierno. Por eso, cuando en el segundo, a través de Ricardo Vega Llona, me llamó para que sea su asesor pensé que era una broma, pero me trató con mucho respeto. Desde entonces mantenemos una amistad de la que me siento honrado.
Y ahora que lo conoce, ¿cree que del 85 al 90 fue honesto?
Quien se mete en política está propenso a la maledicencia de la gente. A mí se me nombró, un poco de los pelos, presidente de Forsur. Vaya a ver los titulares que sacaron, que dé cuenta de los 1,300 millones destinados a la reconstrucción del sur cuando no se me había dado un sol. Yo no manejaba plata, esta estaba en un fideicomiso y la manejaba el ministro de Economía.
¿Fue un error haber aceptado la presidencia de Forsur?
Yo no acepté, me obligaron. Me dijeron que iba a tener autonomía, pero los celos políticos hicieron que cambiaran la ley y nos pusieron como funcionarios públicos. Esto alejó a mis colaboradores. Fue un error, una de las experiencias más frustrantes de mi vida. Estuve en el cargo solo seis meses. Nosotros planificamos, otros debían ejecutar; si no lo hicieron no fue responsabilidad nuestra. Cuando salí, Garrido Lecca fue con su fanfarria: “Ahora sí comienza la reconstrucción”, dijo. Puso un trípode, una botella de espumante, la rompió, echó un palanazo de cemento y nunca más regresó. Pasaron los años, apareció Humala, dijo e hizo lo mismo y nunca más regresó.
¿Humala es buen presidente?
No. Le falta decisión y dirección. Cree que con un lenguaje carcelario demuestra carácter, algo que me parece grosero. Decirle “panzón” a García es un insulto. Humala cree que el capital y la empresa son enemigos de la mano de obra: eso es Stalin. Ni en la China pasa esto.
Entonces, Humala lo hace mal.
Está haciendo lo que debe hacer, pero no lo que le gustaría hacer. Por ejemplo, no se saca una foto con los empresarios porque tiene miedo de que le digan que está con los grandazos, cuando nosotros somos los únicos que podemos desarrollar este país.
¿Avanzamos en automático?
Así es. El Gobierno hace cositas insignificantes; no veo ningún proyecto grande. Por eso, un montón de empresas se están yendo, ya no quieren invertir aquí, sobre todo las mineras. Todos pensamos que iba a poner orden en Conga, y nada.
Humala tiene el verbo del militar, pero le falta carácter…
No lo sé, pero el 90% de los militares se somete a su señora (ríe). No sé si es el caso de Ollanta Humala, pero en muchos casos la mujer es la que ronca.
¿Qué piensa de la revocatoria?
Muestra a un país polarizado. Es falso que la Confiep esté por el ‘No’. Fue un lapsus de Humberto Speziani (presidente de la Confiep), quien además dijo que el proceso era costoso e inútil. Es su opinión.
Va a votar por el ‘Sí’…
Sin ninguna duda. Porque esta es una gestión ineficiente y falsa.
¿Luis Castañeda está detrás de la revocatoria?
Si él podría reemplazar a Villarán, es lógico que apoye la revocatoria. Debería dar la cara.
¿Qué Alan García represente los intereses de los empresarios no habla mal de ustedes?
En la práctica y en el plano económico, los empresarios ya estamos dirigiendo al país. Por eso, cuando afirmo que debemos conducir al país, no digo que debemos convertirnos en políticos, pero, sí, deberíamos tener un líder propio. Mientras tanto, debemos apoyar a quien piensa parecido a nosotros.
Nos sobran liberales en lo económico, pero nos faltan liberales en lo político…
No es lo mismo hablar del Perú de los 80 y el de hoy. Por eso, se hizo necesario un gobierno fuerte como el de Fujimori que, recordémoslo, fue apoyado por el 95% de la población, incluido yo.
¿El Perú siempre necesitará un gobierno fuerte?
El Perú necesita un gobierno eficiente, con una democracia verdadera, con planificación y con un destino bien enfocado. El Perú no puede ir en automático, debe tener una dirección que, en este Gobierno, no la veo.
http://peru21.pe/impresa/falso-que-confiep-este-no-2120218

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