Habrá algunas restricciones para concretarla.
Primero, los procedimientos burocráticos y formalistas que empantanan incluso a reformistas cohesionados, muy bien preparados y experimentados.
Segundo, un equipo de gestión débil, por lo general, si bien es positivo que quien lo lidera y otros que destacan –en el mismo– ya no se vayan, como lo hubieran hecho si se revocaba a la alcaldesa.
Tercero, la desconfianza de un sector de la confluencia y algunos asesores de la alcaldesa respecto de regidores de la minoría, otros líderes políticos y hasta especialistas independientes.
Cuarto, el realineamiento de fuerzas dentro de la confluencia y el PPC. El mal trato a algunos regidores virtualmente revocados por parte de algunos de estos asesores y gerentes expresa lo primero. Alguna declaración confrontacional tras un fructífero almuerzo de coordinación para ir dándole forma al gobierno de ancha base expresan lo segundo. Que no se entiendan artículos con mensajes entre actores de la confluencia como lo que son, también.
Quinto, el Macartismo de quienes volvieron a polarizar absurdamente la campaña, ignorando la experiencia y argumentos diversos. Bien propuso Von Hayek que radicales de izquierda y derecha son, en esencia, lo mismo. El fin justifica los medios para ambos, que tienen una visión no solo dialéctica sino violentamente confrontacional de la política.
Sexto, la oposición de quienes han perdido poder, temen hacerlo o quieren volver a tratar de obtenerlo. Ya se rumorea que Lucho Castañeda Pardo lideraría una lista de regidores de Solidaridad Nacional en las eventuales elecciones complementarias. Se dice que alguien a quien no puedo nombrar, que regresó de las Europas, candidatearía el 2014. Ya estamos avisados.
En este contexto, esta es una propuesta de la Agenda por Lima que se puede conseguir.
Barrio Mío, la gran discrepancia en el concejo cuando se debatieron los presupuestos del 2011 y 2012 en que los papeles típicos se invirtieron, ya es una prioridad. Se requiere de gerencia para cambiar de uso al cerro que ya invadieron miles de personas, otorgarles títulos de propiedad, preparar perfiles de muros de contención, caminos, escaleras y losas deportivas.
El programa de vivienda popular, propuesto por Fuerza Social hace no mucho, también requiere de gerencia pública experimentada, además de coordinación con el ministerio y el Programa Mivivienda.
Comprar cámaras de vigilancia, un sistema de reconocimiento de caras y radios Tetra para mejorar la seguridad en el Cercado también requiere de gerencia de logística.
Para concretar la agenda de alrededor de S/. 5 mil millones de iniciativas privadas en vías, fundamentalmente, gestión de tránsito y el sistema de recaudo se requiere acompañar a la Gerencia de Promoción de la Inversión, imbuida en el proceso burocrático y tan o más formalista que la ley.
Estudios de abogados de primera línea, confirmando el gran interés de consorcios formalizados e inversionistas por la reforma del transporte, están expresando dudas y reparos a las bases de la licitación de los cinco corredores complementarios. Hay que remover trabas a la competencia de proveedores y operadores, así como facilitar el tránsito de los dueños de uno o pocos buses al nuevo esquema. Se invertirán otros S/. 4 mil millones en buses nuevos con GPS y un mejor estándar ambiental.
Esto es realista. Pero hay que trabajar y no distraernos en teorías conspirativas. Ni en responder artículos que envían mensajes a otros. Enredamos a quienes necesitan el respaldo político que nos encomendaron los limeños. Ni confundirnos: seguiremos fiscalizando pero tenemos que actuar con responsabilidad, consistente con el mandato popular, la institucionalidad y la Agenda por Lima. Desde ayer.
http://lamula.pe/2013/03/25/la-agenda-por-lima/revistavelaverde
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