Posiblemente el proceso de revocatoria del domingo pasado será recordado por la aparición de un electorado sofisticado antes que por el hecho de que la actual alcaldesa se haya salvado. En realidad no se había visto con anterioridad en el Perú un voto cruzado que haya llevado a tan preciso resultado. Si bien PPK lo había adelantado diciendo que pensaba votar NO solo por Villarán mientras que marcaría SÍ para todos sus partidarios, muchos estaban siguiendo el camino que él había anunciado. Estamos seguros de que ninguno de ellos esperaba que el voto final resultara siendo tan exacto.
Por otro lado, el único motivo por el cual los dos últimos regidores de Fuerza Social no fueron también despachados –evitando que el Concejo Municipal terminara con 22 regidores de oposición frente a 17 oficialistas– es porque estaban ubicados en la cédula en la columna de la derecha, donde estaban los otros partidos, y la agrupación política de cada uno de ellos no se había consignado. Al final, la coalición de Villarán, igual, perdió la mayoría en el Concejo, pero la diferencia será ahora de solo un regidor entre los dos campos. Confiamos en que esa situación facilitará que la alcaldesa llegue a un acuerdo de trabajo con el PPC, que ha sido el único partido que, de este proceso, ha salido bien parado.
En cualquier caso, a todos aquellos que ahora se rasgan las vestiduras exigiendo que el mecanismo de revocatoria sea derogado, el electorado les ha respondido con un voto razonado, manteniendo a la alcaldesa en el cargo, ante la incertidumbre que se creaba si era revocada, pero castigando con el despido inmediato a sus ineficientes partidarios.
Sin duda, el pueblo ha utilizado con madurez su poder electoral y ha ejercido su derecho a deshacerse de los políticos que no están cumpliendo correctamente con su trabajo, sin tener que esperar a que concluya su mandato. Aunque sí sería adecuado revisar la valla tan baja que se ha fijado para Lima, donde solo el 6 por ciento de la población electoral es suficiente para convocar a un proceso, cuando en el resto del país es cuatro veces mayor el porcentaje que es necesario.
De cualquier manera, el sistema de revocatoria tiene aterrados a muchos políticos acostumbrados a ser elegidos y luego no rendirle cuentas en absoluto al electorado. Más aún si tomamos en cuenta cómo Lima se ha beneficiado con el proceso, sacando de su alarmante letargo al gobierno municipal por el temor a ser revocados, creemos que es incuestionable que ha quedado demostrado que las revocatorias son de suma utilidad para los ciudadanos.
Por ello, se debería de ampliar el esquema de revocatorias a los parlamentarios quienes son, al final de cuentas, los funcionarios electos de quienes los peruanos más desconfiamos y desaprobamos.
http://peru21.pe/impresa/discreto-encanto-electorado-2123146
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