Por otro lado, el electorado peruano es conocido por cambiar de opinión en la cola misma de la votación, así que hasta el último día nada está asegurado. Aunque en esta ocasión, al no existir un debate de por medio, no es claro que se podría revertir o consolidar la actual situación.
Por parte de los revocadores, ayudaría si Castañeda saliera claramente a su favor. Más aun, el 63% consideró que sería positivo para la revocatoria que él declarara abiertamente su intención de regresar a la Alcaldía en caso un proceso electoral fuera convocado.
En realidad, el mayor pasivo que arrastra el Sí es la incertidumbre sobre lo que ocurrirá en la municipalidad de ser exitosos y revocar a Villarán. Un rostro conocido presentándose como candidato disiparía en parte el temor del electorado.
Mientras que en el lado de Villarán, aparte de seguir con su intensa campaña en los medios, que le ha dado resultados, debería cuidarse de no salir con algunos de sus aliados como Patria Roja o Tierra y Libertad, que generan rechazo en la mayoría de ciudadanos. Asimismo, deberían explotar al máximo el miedo a lo desconocido en caso de ser revocados.
Al final, es en este último punto donde está el meollo del asunto; el campo que logre disipar o ahondar los temores del electorado será probablemente el que termine ganando.
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