No es nueva la cantaleta que Perú sigue un ´modelo errado´ de economía primaria basado en la explotación de sus materias primas. Los albores datan de la socialización latinoamericana, uno de cuyos instrumentos proselitistas fue la CEPAL que, a través del argentino Raúl Prebisch, concentró su trabajo en lo que llamó una estrategia de Industrialización por Sustitución de Importaciones. Las líneas maestras fueron: 1) una política industrial basada en subsidios y en que el Estado dirija la producción de sustitutos; 2) la creación de barreras arancelarias al libre comercio con altos impuestos a la importación; y 3) una política cambiaria o monetaria con tipo de cambio elevado para desincentivar las importaciones. Es decir, la antítesis de la globalización planetaria que ha dado lugar al fenomenal desarrollo del que goza el mundo hace ya tres décadas...
... los dinosaurios proteccionistas, los pithecanthropus mentales siguen con el estribillo de “industrializar por la fuerza”, conminando a los gobernantes a que obliguen a la gente a fabricar lo que fuere a base de usar las materias primas que produce el país. Esto no es así, señores. La tecnología va donde hace falta. El día que el Perú se convierta en polo industrial –probablemente maquilador– será porque la globalización así lo determine. Pero legislar para que eso suceda en forma compulsiva –por imposición de una elite socialistoide– es lo más retrógrado que puede haber. Y a eso apunta el brulote de El Comercio del domingo pasado.
http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/la-amenaza-proteccionista
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