Formalmente, desde ayer a las 4.47 pm, el socialismo sudaca se ha quedado huérfano. Perdió a su financista, a su cajero general, al intérprete de los ucases del titiritero latinoamericano Fidel Castro. Oficialmente, repetimos, ayer a esa hora murió el impresentable Hugo Chávez. Aunque, en rigor, es probable que su deceso se produjera hace ya semanas, cuando su cuerpo llegó a Caracas de La Habana. La tragedia chavista –convertida en comedia internacional por el escandaloso ribete clandestino que ha rodeado el proceso de la enfermedad del impresentable– revela que el socialismo sudaca ha estado preparando al milímetro este momento. Demasiados intereses hay en juego para que Chávez desaparezca así nomás. Para empezar, su final es la ruina financiera y política de Cuba. Y consecuentemente el infierno para la gerontológica saga Castro. Tras el colapso de la URSS, la isla-prisión ha vivido del petróleo y la dádiva del impresentable, un autócrata que ha malversado decenas de miles de millones de dólares del sufrido pueblo venezolano en mantener a flote la tiranía castrista. Y los dinosaurios Castro no pueden darse el lujo de aceptar el final de ese fenomenal flujo de oro negro y dinero fresco, sin lo cual sencillamente colapsan. De modo que la parodia de estos dos meses de agonía de Chávez, vividos casi todos en Cuba, sólo responde a la característica de los jerarcas comunistas: la estrategia de esconder la verdad en tanto desarrollan un programa de acción coherente para solventar sus trapacerías.
Pero siendo Cuba la primera víctima de la desaparición del impresentable, no hay que ignorar que Bolivia y Nicaragua también han entrado en emergencia, pues ambos dependen tanto del apoyo financiero chavista como, fundamentalmente, del respaldo político-mediático del régimen venezolano, experto en manipular a las sufridas sociedades regionales a base del amedrentamiento policial envasado en un proteccionismo demagógico. Pero existen naciones de mayor peso –como Argentina–, que también la están pasando muy mal. Recordemos que Chávez ha sido el soporte económico de los Kirchner. Quizá Rafael Correa sea el socialista sudaca que menos sienta la ausencia del impresentable. Porque en materia económica, Ecuador está a flote gracias al enorme volumen petrolero que explota; y porque la personalidad de Correa es más parecida a la de Chávez, entre todos los polichinelas del barrio. Desde mucho antes de la muerte del impresentable Correa elabora un plan para liderar el socialismo sudaca. De eso no cabe duda. Lo de ayer ha sido un durísimo golpe para la izquierda. De lo que acontezca en estas próximas semanas dependerá el futuro de la región. Si el comunismo cubano consigue dominar a la cúpula militar venezolana y si Correa se yergue en caudillo regional, la zurda podría salvar el pellejo. De lo contrario, que es lo que el mundo civilizado espera, el socialismo bolivariano morirá con el impresentable Chávez.
http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/oficialmente-murio-el-impresentable
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