jueves, 7 de marzo de 2013

Ewald Scharfenberg. El chavismo cierra filas con Nicolás Maduro

... cómo se resolverá, por la ley y los hechos, el limbo político por el que se precipita el país. La Constitución vigente, promulgada en 1999, ha mostrado desde el pasado enero algunos vacíos sobre el tema de la ausencia sobrevenida del presidente y sus mecanismos de reemplazo. A comienzos de año no tuvo respuestas para una situación sin precedentes: un presidente en funciones, reelecto, que no podía tomar posesión en la fecha prevista por el texto constitucional. La cuestión quedó resuelta por un fallo de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, que el 9 de enero estableció que se podía esperar todo el tiempo necesario para que Chávez, el presidente reelecto, se restableciera y prestara juramento. Entre tanto ello no ocurriera, bajo el principio de la “continuidad administrativa”, el Gobierno anterior seguiría en funciones.

Esa sentencia resultaba conveniente para quienes desde el oficialismo buscaban prolongar el compás de espera para una eventual recuperación del presidente. Ahora, con Chávez ya fuera de escena, también parece que se acomodará a los deseos de la facción predominante del oficialismo, que pretende no solo cumplir al pie de la letra los deseos expresos de Chávez de que Nicolás Maduro fuera el candidato presidencial del chavismo, sino entregar las riendas del país al actual vicepresidente en el ínterin preelectoral. El cargo de vicepresidente ejecutivo no lleva implícito la facultad de reemplazar al presidente cuando este fallece. Lo que sí previó la Constitución fue que, en caso de falta absoluta del presidente, el vicepresidente completaría el período, sólo si ocurriera en los dos últimos años del mandato de seis.

Si la falta absoluta ocurriera antes de la toma de posesión del presidente electo o, ya en ejercicio, antes de cumplir cuatro años en el cargo, el Presidente de la Asamblea Nacional –Diosdado Cabello, en la actualidad– debería encargarse de la primera magistratura y convocar elecciones universales en un plazo de 30 días. Chávez, reelecto el pasado 7 de octubre, no alcanzó a jurar su nuevo período el 10 de enero pasado. Por lo tanto, correspondería que el presidente del Parlamento asuma el cargo transitoriamente y convoque a elecciones. No obstante, el oficialismo se apresta a acomodar una nueva tesis mixta y que no está en la tinta de la Constitución. Las pistas las dieron el canciller Elías Jaua, la misma noche del deceso del presidente, y el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, en declaraciones a una televisión colombiana: Maduro sustituirá al presidente y convocará a elecciones donde él mismo se presentará como candidato.

Maduro quedaría así en la posición privilegiada que Chávez disfrutó en sus últimas competencias electorales: la de candidato-presidente, con todos los recursos del Estado a su disposición. El plan aún no cuenta con respaldo explícito del Tribunal Supremo, aunque se da por descontado. También se espera un pronto pronunciamiento del Consejo Nacional Electoral, encargado de organizar los comicios. No obstante, todas estas expectativas no son más que bizantinismos para la multitud que, entre tanto, ha seguido el cortejo fúnebre de Chávez.
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Para la agencia de noticias Reuters, el rival más probable de Nicolás Maduro sería Henrique Capriles, gobernador del estado Miranda, quien pese a su dolorosa derrota contra el presidente en octubre es el líder mejor valorado y conocido de la oposición tras recorrer el país en la campaña de 2012. "Esta no es la hora de la diferencia, es la hora de la paz, es la hora de la unión del compromiso y de demostrar nuestro profundo amor por Venezuela", dijo el político de 40 años, quien en las últimas semanas se había mostrado dispuesto a desafiar a Maduro en las urnas.

La Constitución dicta que deben celebrar elecciones en los 30 días siguientes a la ausencia definitiva del presidente, pero todavía no se ha confirmado cuándo serán los comicios, ni quién asumirá la jefatura de Estado. Sin embargo, el canciller Elías Jaua aseguró que se procederá a convocar elecciones en los próximos 30 días y que Maduro fungirá como presidente hasta entonces. Recientes sondeos mostraron que Maduro tiene una amplia ventaja frente a Capriles en un ambiente de alta carga emocional e impulsado por las recientes victorias del oficialismo en las presidenciales de octubre y las regionales de diciembre.

El vicepresidente heredará los populares programas sociales y el manejo de enormes recursos, pero no le resultará fácil calzarle los zapatos de Chávez, cuya influencia sobre las diferentes corrientes del chavismo, su carisma entre las bases y su inimitable estilo personal no son transferibles. El chavismo, una heterogénea alianza de izquierdistas radicales, militares conservadores y socialistas moderados, enfrenta riesgos por la ausencia del líder que los aglutinaba bajo la bandera roja de la revolución.

"El presidente orientó a todo el pueblo que teníamos que estar en torno a la dirección colectiva del compañero Nicolás Maduro, que queda al frente de la conducción de la revolución", dijo el ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, uno de los hombres fuertes del Gobierno y figura clave en la transición. Para la oposición también comienza un nuevo período, luego de tres lustros denunciando a Chávez como un aprendiz de dictador que destruyó la democracia venezolana. Algunos de sus más fieros detractores celebraron la noche del martes, pero en general se han mantenido en un discreto segundo plano.


http://www.larepublica.pe/07-03-2013/muerte-de-hugo-chavez-el-chavismo-cierra-filas-con-nicolas-maduro#foto9

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