Es sin duda una disposición paternalista; no puede ser que burócratas nos traten a los ciudadanos como si fuéramos débiles mentales a quienes no se les puede mostrar un sondeo de opinión porque seríamos manipulados.
En todo caso, luego de las diversas encuestas que fueron publicadas, el día de ayer quedó confirmado que es bien sólido el apoyo que la revocatoria al mandato de la alcaldesa Villarán ha logrado y que mantiene un margen de ventaja que es bien amplio. Uno tendría la impresión que a solo seis días de la votación para que se pueda revertir la situación, tendría que ocurrir algo realmente dramático.
Por otro lado, lo que no está claro es qué podría producir ese cambio. Para empezar, el debate de anoche ciertamente no fue el catalizador que algunos estaban esperando. Fue un evento mal organizado en el cual con su ausencia – ya sea programada o forzada– los revocadores no quedaron bien parados pero los regidores oficialistas que requerían de un KO contundente tampoco lo lograron.
Incluso, al no participar Villarán nuevamente se ha equivocado. Era su gran oportunidad para presentarles a los limeños su visión para la ciudad durante los próximos dos años, pero al no querer exponerse al debate la terminó desperdiciando.
Ahora solo queda esperar las anunciadas modificaciones a la campaña publicitaria de Villarán para ver si le dan algún resultado. Mientras que por el lado de los revocadores, si Castañeda sale a confirmar que sería candidato eso eliminaría el temor a lo desconocido que es su más débil flanco. De cualquier manera, la sensación es que la suerte ya está echada, pero nunca se sabe hasta el final por la volatilidad del electorado.
http://peru21.pe/impresa/suerte-esta-echada-2121119
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