Francamente resulta deplorable y hasta ridículo que los principales voceros del Gobierno hayan decidido emular a la señora Villarán y, de un tiempo a esta parte, consideren que victimizándose, es decir, justificando plañideramente sus incapacidades, van a lograr evitar la crítica de la ciudadanía por la falta de resultados en su gestión.
El tiempo pasa e, irremediablemente, van quedando atrás las primaveras que los gobernantes tienen en sus primeros meses, habida cuenta de que nada se puede hacer de la noche a la mañana. La población, comprensiva, acepta que el gobernante se queje de que le hayan dejado el peor de los desastres en el entendido que justamente está allí para hacer todo lo perfecto que prometió en su campaña.
Transcurridos varios meses, ya es posible observar hacia qué rumbos llevará al país el resto del tiempo que recibió como encargo, que si exigir resultados finales puede resultar exagerado, por lo menos son vislumbrables los primeros pasos que se dan en pos de la solución de un determinado problema.
Pero, transcurridos casi 20 meses de gestión gubernamental, he aquí que tenemos un presidente y unos ministros que ante cualquier problema simplemente dicen que no lo pueden solucionar porque los gobiernos anteriores se la dejaron muy difícil. Así de simple.
La pregunta entonces es ¿por qué engañaron al país durante la campaña electoral manifestando que ellos sí podían solucionar los problemas nacionales? O, en todo caso, si no sabían que los problemas son difíciles, ¿cómo es que siendo oposición se dedicaban a criticar al gobierno anterior, como si hubiesen conocido verdaderamente la profundidad de las complicaciones nacionales? ¿Por qué hoy se quejan de que los anteriores gobiernos “no han hecho nada” si justamente reclamaban ser elegidos para “hacer algo” y no para andar diciendo que los anteriores no hicieron lo que supuestamente ellos deben hacer hoy y no hacen?
Y esto no va solo para el tema de la creciente delincuencia. Si cualquier observador imparcial es preguntado sobre simplemente qué está haciendo este gobierno en cualquier materia, la respuesta no puede ser sino una sola: NADA.
¿Qué ha hecho por ejemplo en Educación? ¿Desmontar la carrera pública y quemar un almacén? ¿O en Salud? No solo no se ha construido “un hospital por provincia”, sino que no se construirá tampoco ni uno solo a nivel nacional. Ni siquiera se inaugura el Hospital del Niño, completamente concluido hace 20 meses. ¿Los niños? Bien, gracias. Allí que esperen.
Todos los indicadores económicos y sociales están en desaceleración, y si siguen en ritmo alcista es solo por el famoso piloto automático del crecimiento económico y no por acción de un obrero promotor.
En seguridad ciudadana es donde el llanto del presidente de la República y de su primer ministro ha sonado más. “Es un problema antiguo”, “los gobiernos anteriores no lo solucionaron”. Francamente…
¿No hemos olvidado acaso, por solo citar un ejemplo, que cuando el Congreso dio una ley para permitir que un policía pueda usar su pistola para defender a una víctima atacada, el señor Humala y el señor Jiménez MayorOBSERVARON la ley manifestando que, aun cumpliendo con el reglamento, los policías que disparen su arma deben ser investigados? ¿Y ahora lloran que los problemas son muy difíciles?
Creo que es hora de exigir resultados. Veinte meses son suficientes para ver que están siquiera comenzando a hacer algo por el país.
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