miércoles, 15 de mayo de 2013

Fritz Du Bois.Estado de sitio

Hasta cierto punto se podría decir que era inevitable. Con la experiencia militar del presidente –lo único en lo que ha trabajado– parecía obligado a rodearse de compañeros de armas, quienes tarde o temprano iban a caer en las actividades para las que fueron entrenados. Así que no es sorprendente conocer que el servicio de inteligencia estaría haciendo interceptación, reglaje o seguimiento a periodistas, políticos y empresarios, quienes estarían incomodando a la pareja presidencial.
Por otro lado, las señales eran claras. Hace poco destapamos el aumento exorbitante del presupuesto ‘secreto’ de la DINI, el cual evidenciaba que querían utilizar políticamente a esa dependencia. En caso contrario, le hubieran aumentado personal y campo de acción para luchar contra el crimen o la subversión. Más aún, el silencio gubernamental y la inacción ante la denuncia por parte de la Comisión de Inteligencia, presidida por el oficialismo, refuerzan la sensación de que, al igual que Cristina, Correa o Chávez, en la obsesión que comparten por lograr la reelección utilizarán el aparato represivo del Estado contra la oposición.
Con lo cual se agrega una barrera adicional de intolerancia a la creciente impaciencia que muestra a diario tanto la primera dama como el mandatario. Sin duda, debe de ser muy fuerte la atracción del poder ya que todo el Gobierno, tanto en actividades abiertas como al parecer en encubiertas, parece girar alrededor únicamente de la intención que tiene la pareja presidencial de perpetuarse en el cargo.
En realidad, es una pena que Humala no tenga claro el momento tan auspicioso por el que estamos pasando. Somos el país latinoamericano que está liderando en todo desde crecimiento hasta captación de inversión, pero en lugar de capitalizarlo y desarrollarnos, están maquinando en la oscuridad buscando la reelección conyugal. Mucho me temo que, a este paso, el momento pasará y será desperdiciado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario