miércoles, 15 de mayo de 2013
Tres proyectos de ley que preocupan por lo que evidencian.
Quizás estas tres iniciativas en especial no sean las más devastadoras que estén dando vueltas, pero evidencian el bajo nivel de conocimiento que tienen nuestros legisladores acerca de cómo funciona la economía de libre mercado y su despreocupción por los costos que le generan a la sociedad con sus propuestas.
... la llamada ley de comida chatarra... evidenciaba un desconocimiento de los límites de la publicidad (¿alguien conoce algún tipo de publicidad que no fomente el consumo de ninguna manera?), sino además desconocimiento sobre el fondo mismo que se pretendía regular. Es decir, aspectos nutricionales y de salud. Partía del supuesto de que un mismo alimento tiene el mismo efecto en todas las personas, lo cual es falso. Además, también asumía que la obesidad es el principal problema asociado a la comida en el Perú, cuando más preocupante es la desnutrición o la alimentación deficiente. Por suerte el MEF ya se manifestó para comunicar que no le da luz verde y que no se incorporaron los comentarios que hizo llegar cuando esta ley estaba en discusión en el Congreso. Por otro lado, el que la hayan afinado durante la semana pasada que modera las restricciones a la publicidad de comida rápida es una buena señal.
Otro proyecto de ley que evidencia que no se conoce el mercado que se pretende regular es la llamada ley de insolvencia familiar... al forzar a las entidades financieras a renegociar deudas con sus clientes bajo condiciones estipuladas en el proyecto de ley y que patea el proceso por cinco años, se está generando un incentivo perverso a asumir deudas más irresponsablemente, sobre todo por las razones específicas que se definen para poderse declarar insolvente. Esto, a su vez, introduce mayor riesgo al proceso de otorgamiento de préstamos, lo que el banco corregirá subiendo la tasa de interés para todos sus clientes (no solamente para los que efectivamente incumplirán sus deudas). Esto porque el dinero que presta el banco no es suyo, sino de los ahorristas y tiene que compensar esa nueva forma de evitar pagar con el dinero que saca de los que sí cumplen sus deudas. Todo esto se introduce innecesariamente, pues a las entidades financieras les interesa recuperar lo que presta. No es negocio para un banco el proceso de embargo y de remate de los bienes de un mal pagador. Ésa es más bien una forma de recuperar lo que se pueda, cuando no se puede llegar a ningún acuerdo de cómo renegociar la devolución de un préstamo.
Finalmente... la propuesta para crear el Organismo Regulador de Precios de Medicamentos. Además de pretender controlar precios busca también imponer las proporciones de origen de las marcas que deben ofrecer básicamente todos los involucrados en la cadena de la distribución de las medicinas: elaboración, distribución y comercialización. Todos ellos deben ofrecer en la misma proporción medicamentos genéricos que de marca. Para controlar precios dicen que el organismo considerará los costos de almacenamiento, producción, etc., de todas las empresas involucradas. No obstante, estos costos serán definidos por el Estado, a los cuales las empresas se deberán adaptar a posteriori. Al obligar a mantener una oferta determinada fomentará en el tiempo que se carcoma a la industria por el tiempo que tome a los legisladores darse cuenta que así no se interviene en un mercado tan importante como el de la salud.
Así como estos, hay otros que dejan en claro que tenemos legisladores que no entienden que nos encontramos en una economía de libre mercado, que el Perú tomó la decisión de desarrollarse en una desde hace ya más de una década y que ésta tiene reglas, que si bien se pueden estirar bajo ciertas circunstancias, define consecuencias para cada metida de pata.
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