El
paquete de medidas anunciado... es una muy buena noticia por varias razones.
Acaso la principal sea que muestra que el Gobierno no es impermeable a la
realidad que lo circunda. Enseña, más concretamente, que tiene conciencia de lo
que la severa caída de la confianza empresarial que viene registrando diversos
índices..., aunada a la caída de los precios internacionales de una de nuestras
principales exportaciones, puede significar para el crecimiento y la reducción
de la pobreza.Comoquiera que todas las medidas dadas van dirigidas a quitarle
viento en contra a la inversión, acaso el anuncio muestra también que el
presidente tiene claro que sin esta no hay producción, ni sueldos, ni consumo,
ni tributos. Si ese fuese el caso, hasta incluso podría haber valido la pena el
susto que diversas declaraciones, proyectos y leyes del gobierno han venido
acumulando en los últimos tiempos en el empresariado, provocando por ejemplo
que, conforme a Apoyo, el número de empresas que planea aumentar el ritmo de
sus inversiones en los próximos seis meses sea ahora un tercio del que era
hasta hace solo dos meses atrás. Podría haber valido la pena, esto es, si nos
va a dejar vacunados para los próximos tres años del Gobierno de nuevos
arranques contra la confianza. Nuestra historia reciente nos ha mostrado de una
manera contundente cómo cada punto de crecimiento significa miles de personas
que salen de la pobreza y sería verdaderamente absurdo hacer que estos puntos
continúen reduciéndose por obra humana –o, mejor dicho, peruana.Algunas de las
medidas dadas mostrarían de una forma particularmente directa una toma de
conciencia sobre lo anterior. Por ejemplo, la creación de un equipo ejecutivo
para darle seguimiento a los principales proyectos de inversión que hay en el
país, asumiendo, según parece, que cada uno de ellos significa más propulsión
en el camino del Perú al desarrollo. O la simplificación que hace el Decreto
Supremo 054-PCM del auténtico callejón oscuro de trámites administrativos por
el que hasta ahora tenían que pasar, particularmente, los proyectos requeridos
de certificaciones ambientales, aprobaciones de la Autoridad Nacional del Agua
o certificaciones arqueológicas...Las auspiciosas declaraciones del presidente
Ollanta Humala en Colombia ayudan también a dar soporte a la tesis de la
lección aprendida y a renovar la confianza. En efecto, el presidente aprovechó
la reunión de la cumbre de la Alianza del Pacífico para prometer que se dará a
los inversionistas una hoja de ruta para los trámites que deben seguir. “Todo
ello para que tengan la tranquilidad y la confianza de que estamos trabajando
juntos: Estado y empresa”. Y agregó que si la proporción entre la inversión
privada y la pública es de 75% y 25% respectivamente, “entonces tiene que
mejorar la relación entre el Estado y la empresa”. También dijo que la empresa
de hoy tiene una nueva cultura, un sentido de responsabilidad social que “nos
ayuda mucho a consolidar la paz social que requiere un país que quiere
continuar avanzando como el Perú”.Sí esta última actitud del presidente y su
gobierno no es solamente flor de un día en que se descubrió la crisis, entonces
hay mucho de bueno que augurar de acá hasta el 2016. El Perú aún tiene
considerable viento a favor y está lleno de emprendedores de todo tamaño con
todas las ganas y la creatividad necesarias para avanzar hacia adelante,
trabajar, y seguir creando, cada año, más riqueza.
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