La deuda externa pública consiste en las obligaciones de pago futuro adquiridas por el Estado con entidades extranjeras (BM, FMI u otro agente). Diversos economistas sostienen que es mejor endeudarse antes de perder liquidez porque la sociedad valora más el consumo hoy; en vez del consumo postergado hacia el futuro de pagarse la deuda externa hoy. Además los países en desarrollo y con buenas perspectivas de crecimiento (como el Perú), prefieren invertir hoy; endeudarse para desarrollarse y en el futuro pagar su deuda. Si este endeudamiento se utiliza para financiar la inversión, es más favorable para el crecimiento económico. Sin embargo, los problemas surgen cuando un país alcanza un nivel de sobreendeudamiento; es decir, cuando la deuda sobrepasa la capacidad de reembolso. En esta situación los rendimientos de la inversión se destinan al pago de la deuda en lugar de destinarlos a actividades o proyectos que generen desarrollo. Igualmente, se dejan de hacer reformas estructurales, destinándose la mayor parte de los beneficios a pagar las obligaciones adquiridas. También se genera incertidumbre sobre las acciones que tomará el gobierno. Por otro lado, un aumento desmedido de deuda también incrementa el déficit fiscal, reduce los ahorros; generando aumentos en las tasas de interés, encareciendo el crédito privado, generando posibles situaciones de alta inflación y crecimiento de los niveles de pobreza.
En el Perú los niveles de deuda externa vienen reduciéndose y mejorando sus condiciones en los últimos años. Así, en los últimos trece años la deuda pública externa se ha reducido a la cuarta parte, habiendo pasado de 36.4% del PBI en el 2000 a 9.5% del PBI en el 2012. Este nivel ha colocado al Perú como el tercer país en el mundo con menor deuda pública como porcentaje de su PBI. Igualmente, la vida útil de la deuda (tiempo en el cual se tiene desembolsar las amortizaciones) ha aumentado de 8.5 años en el 2001 a 11.5 años en el 2012, lo que resulta importante porque las obligaciones en cada año son menores y se dispone de más tiempo para cumplir con los pagos. También se ha dado una reducción de las tasas de interés a las que se adquieren las obligaciones, lo cual genera que se abaraten los costos de inversión. Por ejemplo, en el año 2002 la tasa de colocación de un bono soberano más alta fue 9.5%, mientras que en el año 2012 fue 5.4%. Cabe resaltar que los países reflejan más confianza cuando la vida media de su deuda es más prolongada y cuando las tasas de interés a las que se endeuda son más bajas.
En el Perú los niveles de deuda externa vienen reduciéndose y mejorando sus condiciones en los últimos años. Así, en los últimos trece años la deuda pública externa se ha reducido a la cuarta parte, habiendo pasado de 36.4% del PBI en el 2000 a 9.5% del PBI en el 2012. Este nivel ha colocado al Perú como el tercer país en el mundo con menor deuda pública como porcentaje de su PBI. Igualmente, la vida útil de la deuda (tiempo en el cual se tiene desembolsar las amortizaciones) ha aumentado de 8.5 años en el 2001 a 11.5 años en el 2012, lo que resulta importante porque las obligaciones en cada año son menores y se dispone de más tiempo para cumplir con los pagos. También se ha dado una reducción de las tasas de interés a las que se adquieren las obligaciones, lo cual genera que se abaraten los costos de inversión. Por ejemplo, en el año 2002 la tasa de colocación de un bono soberano más alta fue 9.5%, mientras que en el año 2012 fue 5.4%. Cabe resaltar que los países reflejan más confianza cuando la vida media de su deuda es más prolongada y cuando las tasas de interés a las que se endeuda son más bajas.
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