domingo, 4 de noviembre de 2012

Althaus. ¿Susana Villarán debe ser revocada?

La revocación también está afectando ya la concreción de cinco de las seis iniciativas privadas de megaproyectos viales por 3.350 millones de dólares, que la municipalidad ha acogido inteligentemente como una manera de hacer obra importante sin financiamiento público. Esos proyectos, que aliviarían sustancialmente la circulación interna y sobre todo externa de Lima, ya no se firmarían hasta ver el desenlace.

La mejor revocación es la elección cada cuatro años. Es contraproducente interrumpir una gestión a medio camino, salvo flagrante corrupción o extremada incompetencia y cuando el concejo no actúe. De lo contrario, se convierte en un exceso de la democracia. 

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