sábado, 24 de noviembre de 2012

Lejos de UNASUR, cerca de la prosperidad


El alentador crecimiento económico que nos ha puesto, para bien, en una posición casi única en América Latina, es producto de algunas cosas que el Gobierno de Ollanta Humala ha mantenido y en las que al parecer cree: prudencia en el gasto fiscal, promoción de la inversión privada, libre mercado, tratados de libre comercio y un Estado que busca ser más eficiente. Es decir el Perú es hoy todo lo opuesto a UNASUR y, por cierto, es la antípoda del ALBA. ¿Acaso vamos a poder establecer algún tipo de relación comercial o cadena productiva con países que más bien promueven expropiaciones, barreras e intervenciones irracionales de la economía por parte el Estado? ¿Nuestra agenda es similar a la de Venezuela, Argentina o Bolivia?

En un reciente artículo publicado por el Portal Lamapadia.com se señalaba: “La potencia de la apertura comercial del Perú se refleja en la siguiente comparación: En 1990, cuando los aranceles peruanos eran del orden del 66%, aparte de las prohibiciones de importación, nuestras exportaciones totales eran US$ 3,200 millones. Hoy que los aranceles están en un promedio efectivo de 1.5%, nuestras exportaciones superan los US$ 45 mil millones. Algo más: En 1990 el comercio exterior representaba el 20.8% del PBI; hoy representa el 47.1% del PBI”. La contundencia de nuestra realidad deja sin piso a los soñadores del opio.

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