jueves, 22 de noviembre de 2012

Cacería tecnológica

Todo esto hace particularmente perturbadora la noticia de que entre el 2004 y el 2011 nuestras universidades públicas hayan dejado sin gastar S/.1.700 millones que tenían específicamente para investigación en ciencia y tecnología, básicamente porque, al margen de algunos sinsentidos regulatorios, no sabían cómo hacerlo. En efecto, la ley del canon establece que los gobiernos regionales entregarán el 20% del total percibido por canon a las universidades públicas de su circunscripción para su inversión en este campo. Como resultado, entre el 2004 y el 2011 estas universidades han recibido S/.2.084 millones por este concepto. De todo eso, solo han podido gastar S/.387 millones, y ni siquiera en investigación propiamente dicha, sino en construcción y equipamiento para la investigación.
Ocurre que la gran mayoría de nuestras universidades públicas no tiene investigadores ni sabe cómo formular ni gestionar proyectos de investigación. Por eso, con las universidades públicas y con la investigación está sucediendo lo mismo que con muchos gobiernos locales y regionales y la infraestructura: los borbotones de dinero del crecimiento los han sorprendido de pronto, como un huaico, antes de que pudiesen desarrollar las capacidades técnicas y gerenciales que en el pasado no les habían sido necesarias pero que ahora les resultan imprescindibles para convertir todos estos recursos en algo valioso. De esta forma, ambos han acabado funcionando como represas de recursos que deberían de estar fluyendo hacia fines donde son muy necesitados.

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