jueves, 22 de noviembre de 2012

Manuel Viera. Chile: El peor enemigo de la minería

Si en la actualidad Chile se ha vuelto en el conspirador más grande de su propia minería es debido a los altos costos de energía, la falta de políticas públicas, los últimos fallos judiciales y otros profundos factores. Es necesario señalar primero que todo que tenemos el 30 por ciento de las reservas mundiales de cobre y aun así no somos capaces de planificar su extracción con sentido país. Nunca se ha pensado siquiera en instalar fábricas para producir bienes de capital y mejorar la cadena de valor, puesto que se insiste en que no es negocio o que sencillamente su utilidad es muy pequeña. Sin embargo, si tales afirmaciones fueran correctas significaría que grandes productores de bienes de capital como Finlandia, Suecia o incluso Alemania están equivocados, lo que a la luz de sus resultados, se trataría de una suposición bastante pobre. 

Gritamos eufóricos en todo foro y congreso existente la cartera de inversiones planificada para el sector minero, que suma cerca de US$104.000 millones, pero la realidad es que a la minería le falta energía y la poca que hay es cara, cerca de 12 cUS$/kwh, equivalente al doble de lo que vale en Perú. Una consecuencia queda a la vista, que el costo de desalar el agua del océano sube literalmente a las nubes -en caso de faenas a tres mil metros sobre el nivel del mar- a causa de la energía que debe utilizarse. En otras palabras, el agua y energía hacen inviables los proyectos. 



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