No es poco, sobre todo si, además, vemos que la desaprobación a su gestión alcanza el 70%. Luego de aquellos lamentables sucesos en La Parada, un cierto aire de triunfalismo se apoderó de la Municipalidad de Lima, lo que impidió que se hiciera un balance serio y autocrítico de aquellos hechos. Nadie asumió responsabilidades y, por el contrario, la alcaldesa defendió a capa y espada a todos sus funcionarios, no quiso despedir a nadie y justificó todo lo actuado desde el lado municipal. Las consecuencias están a la vista, el 61% de los encuestados piensa que la principal responsable de las acciones de violencia fue Susana Villarán, lo que seguramente contribuye al rechazo a la actual gestión.
De ahí en adelante, la burgomaestre y sus principales funcionarios y defensores han iniciado una feroz campaña contra los revocadores y contra la consulta misma. Esto puede ser un grave error. Nuevamente, no se intenta hacer un análisis serio y autocrítico para saber porque la revocatoria tiene apoyo, y así poder cambiar lo que sea y a quien sea necesario, sino que se prefiere encerrarse en sí mismos, justificar y olvidar todos los errores propios, y responsabilizar a los otros de todo lo malo que les sucede.
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