jueves, 2 de mayo de 2013

Luis García Miró Elguera. Petroperú y el cuento del balón de GLP

... Petroperú es emblemático. Se trata de una empresa pública que, por lo general, la usan los gobiernos para financiar sus propuestas esquizofrénicas. En el caso actual, el entonces candidato Ollanta Humala se rasgó las vestiduras durante la campaña electoral prometiendo que el precio del GLP bajaría de S/. 32 a S/.16 el balón. Así de irresponsable y temeraria fue su promesa. Desde luego que el candidato desconocía lo que estaba hablando, pues a lo que quizá se refería fue al precio del Gas Natural GN, el único hidrocarburo que tiene nuestro país en abundancia suficiente como para abastecer el transporte, la industria, el consumo doméstico a precios mucho más bajos. Pero el postulante Ollanta Humala metió la pata y cinceló el ofrecimiento de bajar el “balón” de gas, el único que la gente conoce y que es el GLP, un derivado del petróleo, materia prima que desafortunadamente no tiene nuestro territorio en cantidades suficientes. En consecuencia para producir GLP se requiere importar petróleo, un commodity mundial que controla la  OPEP. Por lo tanto no había manera alguna de bajar el precio del balón de gas –GLP– como ofreció Humala. Sin embargo una vez instalado en palacio, el presidente obligó a Petroperú a que encuentre la fórmula mágica que le permitiera salvar cara reduciendo el precio del balón de gas. Y por supuesto aquella demagogia le ha pasado factura a la petrolera estatal... el precio del balón de GLP apenas bajó un par de soles, jamás los S/.16 que ofreció Ollanta Humala en su demagógica campaña electoral. No obstante esos magros dos soles de rebaja le han costado a Petroperú –a los contribuyentes– varios millones de US$.
Esta pequeña demostración de asistencialismo oficialista, manipulada a través de una empresa estatal como es Petroperú, ratifica que este gobierno está decidido a multiplicar sus propuestas velasquistas, chavistas, castristas o neosocialistas, usando de pantalla a la petrolera estatal para ganar simpatías y comprar votos.

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