febrero 7, 2013. El último lunes, el gobierno de Argentina anunció el congelamiento de precios por dos meses para todos los productos que se venden en los más importantes supermercados del país, que representan aprox. el 70% del mercado argentino. Leyendo solamente el título, se trataría de un vocinglero intento de enfriar las llamas inflacionarias que lentamente vienen consumiendo la economía de Argentina, y se anuncia justamente después del castigo impuesto por el FMI porque Argentina disfraza las estadísticas de la inflación. Ahora, Argentina no sólo manipulará las estadísticas, sino que también manipulará los precios.
Por supuesto que esto no dará buenos resultados, pero sí hará empeorar las cosas. Los consumidores no tardarán mucho en darse cuenta de que tienen nada más que dos meses para hacerse de un stock de productos antes de que los precios retomen su carrera ascendente. Por lo tanto, con seguridad comenzarán a faltar productos, aumentará la ansiedad de los consumidores y se harán más esfuerzos por conseguir productos durables de las góndolas. Y así se dará comienzo a la declinación en la demanda por retener pesos, hacerlos circular más rápidamente, todo lo cual producirá una mayor inflación. ¿Qué pasa con los políticos que nunca aprenden? Es el déjà vu otra vez.
La tabla de la inflación del INDEC claramente muestra que la inflación ha sido sospechosamente manipulada para que resulte en un aumento anual de aproximadamente el 10% desde principios de 2007, cuando el gobierno puso al frente del organismo a su propio hombre. Hace 36 meses que la inflación anual ha sido prácticamente exacta, 10%, cada mes para que sume exactamente lo mismo cada año, algo que es prácticamente imposible que suceda en el mundo real.
Por otro lado, el gráfico referido al circulante de pesos en la Argentina no muestra los datos manipulados. Es así que, durante los últimos 36 meses, el circulante ha crecido casi un 40% anual. Virtualmente es imposible que el circulante crezca el 40% y que la inflación apenas crezca el 10%. La medición que hace Argentina del M2 también está creciendo a una velocidad de impacto seguro, que promedia un 32% anual desde hace tres años. El aumento del circulante y los puntos del M2 a lo único que apunta es a una inflación creciente del 25 – 30% anual, según indican la mayoría de los economistas independientes.
La inflación en la Argentina no es el resultado del aumento de precios en los supermercados, es el resultado lógico de la expansión en la provisión de billetes para el mercado. Argentina está literalmente “imprimiendo billetes” para pagar sus cuentas, aun cuando las reservas monetarias del Banco Central han caído casi un 20% en los últimos dos años. Indefectiblemente esto terminará en lágrimas, escasez de productos en góndolas, faltantes de todo tipo, y mayor represión del gobierno, que hará que huyan más capitales del país, y eventualmente todo terminará en otra nueva gran devaluación.
En la actualidad el tipo de cambio oficial ronda los 5 pesos por dólar, pero el “blue” (que es el tipo de cambio del mercado negro) hizo llegar el dólar a 8 pesos, sugiriendo que se produciría una devaluación potencial de casi el 40%.
Por eso se está sugiriendo a todo potencial turista que vaya a la Argentina que lleven muchos billetes de u$s 100. El turista deberá arreglárselas para saber donde cambiar sus dólares a pesos al tipo de cambio del “blue” (algo que el gobierno está tratando de combatir), pero el turista deberá calcular que tiene una enorme posibilidad de hacer, porque si utilizan sus tarjetas de ATM o de crédito cuando compren o paguen en la Argentina estarán pagando al tipo de cambio oficial.
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