domingo, 24 de febrero de 2013

PERU21. Alan García: “Si Humala entraba en 2006 estaríamos como Venezuela”

A propósito de la publicación de su más reciente libro, 90 años de aprismo. Hay, hermanos, muchísimo que hacer,Alan García habla del Apra y de otros temas de la actual coyuntura política.

Usted dice que la ideología aprista nunca se congeló, ni en el origen ni en el tiempo. ¿Cuál ha sido la evolución del Apra post-Haya de la Torre?
No se congeló porque ese es el sentido original de su nacimiento. No adoptar una ideología europea y marxista, sino generar, desde dentro de América, una nueva teoría que respondiera a conceptos como el partido del proletariado con un frente único y de las clases medias; que respondiera a la teoría europea revolucionaria, según la cual el capitalismo marchaba a su destrucción en 1920, con una concepción más realista: hay que saber tratar con el capitalismo.
¿Quiere decir que dejaron de ser antiimperialistas?
No, no, no. Ser antiimperialista no es ser tonto, no es aislarse, no es rechazar los factores mundiales de crecimiento, de tecnología y de ciencia. Solamente un loco o un dictador puede hacer eso.
¿Usted, hoy, se considera antiimperialista?
Sí, claro. Antiimperialismo significa fortalecer a la nación productivamente, educativamente, mediante el desarrollo, para que no dependa de nadie…
Entonces, los apristas no comprendieron a Haya de la Torre.
En un principio, y eso lo explico en el libro, Haya de la Torre fue víctima de la incomprensión de nosotros, sus propios compañeros, porque en ese momento se decía que para ser revolucionario había que acabar con el capitalismo y toda propiedad es un robo… Por consiguiente, tenemos que establecer el colectivismo, el estatismo, momentáneamente, y después el comunismo. Esa ilusión estaba presente, pero ese gran objetivo era solo una gran ilusión. Se derrumbó la Unión Soviética, China giró 180 grados. Pero Haya tuvo razón porque en 1930, cuando le preguntaron qué es el Apra, él dijo pedagógicamente: Es pan con libertad, es decir, justicia con democracia. Si usted se fija, a ese punto medio han ido confluyendo los dos sistemas que en 1930, 1920, parecían totalmente divorciados.
Pero se demoraron varias décadas para entender a Haya.
Yo soy muy honesto ante la historia. A todos, por muchas razones, nos gustaba ser más radicales y estar más al extremo de lo que Haya de la Torre había señalado… Pero el Apra era un partido popular que por 50 años no había llegado al poder, tenía una cierta obsesión por cambiar el mundo de inmediato y poner en marcha una transformación muy radical. En segundo lugar, salíamos de un gobierno militar… y se adoptó la estructura del Estado que nos dejó Velasco. Belaunde no la cambió. Velasco dejó 130 empresas estatales que no estaban en el programa aprista de 1930…
Usted tampoco cambió nada.
No, no estoy diciendo eso, y por eso lo he escrito ¿ah?. Creo que esa es una concepción equivocada que, más bien, era menos hayista de lo que nosotros debiéramos haber sido. Es en 2006 cuando decimos que había que aplicar exactamente los conceptos, y nos fue muchísimo mejor.
En su libro habla de La gran transformación. ¿El Apra le reclama al nacionalismo derechos de autor por ese título?
No, no. Lo que dice el libro es lo siguiente: Las ideas de Haya eran tan buenas que ya no son patrimonio del Partido Aprista… Lejos estamos, y estaría yo, de cobrar derechos de autor porque, en 1923, Víctor Raúl dijo, cuando fue separado por Leguía del Perú, “volveré cuando sea llegada (sic) la hora de la gran transformación”. Y cuando se reunió el I Congreso Aprista, en 1930, le pusieron como título ‘La gran transformación’. Ahora, que lo use otra persona, lo felicito, me encanta, coincidimos.
¿Y ‘La gran transformación’ del nacionalismo se parece, en contenido, a la del Apra?
Como el tiempo ha cambiado, es obvio que la gran transformación de entonces ha tenido que adecuarse a los cambios del mundo, a la aparición del Internet, a la navegación aérea, etc. Por consiguiente, aplicar lo que se dijo hace 90 años, exactamente, sería haberse congelado en el tiempo. Con esto no estoy diciendo a nadie que se congeló en el tiempo, pero a los autores hay que leerlos integralmente, no solamente el primer libro y la frase que me gusta más para repetirla. Hay que leer íntegramente. Eso es estudiar.
Usted no critica mucho al actual régimen, pero a usted sí lo critican mucho.
Pero es así, pues, porque todavía no tienen la madurez, supongo. No sé a quién se refiere usted…
Al presidente Humala, al oficialismo…
No lo sé. Tienen temor. Ellos dicen “este partido ha durado 90 años”; dicen “este hombre ha sido dos veces presidente, inevitablemente está buscando serlo por tercera vez”.
Pero usted ha confesado que deseos para ser presidente otra vez no le faltan.
No es confesión, no estoy ante un sacerdote. La gente confiesa sus pecados, y yo no lo considero un pecado. Cuando me preguntan ¿le gustaría ser presidente? ¿Y a quién no? ¿No es un honor inmenso representar a un país tan maravilloso?… Hay que saber: ¿Es útil para su propia vida? ¿Es útil para el país? A mí no me queda claro aún que yo tenga que ser candidato. Ahora, cómo despreciaría, si me preguntan ¿le gustaría ser presidente? ¡Si no me gustara, no lo hubiera sido dos veces, pues! Mentiroso no soy.
¿No le pareció una falta de respeto que el presidente haya llamado “panzones” a los que “se atribuyen el crecimiento económico del país”?
No sé a quiénes se refiere porque, en el Perú, subidos de peso habemos más de diez millones de personas. Entonces, hasta políticamente está mal que se diga eso. Además, yo no me ando fijando en el vientre de las personas. En tercer lugar, jamás he dicho que yo he construido cada puente… En todos mis discursos rendía homenaje a los trabajadores, a los empresarios, es obra del pueblo… Cuando me dicen “usted no ha hecho nada por el país”. ¿Así? ¿Y qué habría ocurrido si en 2006 se hubiera puesto en marcha el programa alternativo al que yo tenía? ¿Cuánto costarían las empresas ahora? Nada…
Si el presidente Humala entraba en 2006, ¿estaríamos como al final de su primer…?
Me imagino que no hubiéramos crecido a la misma velocidad. Estaríamos como Venezuela, pues. En esa época todavía se era muy propicio a ese modelo. Nadie lo niega. Ahora las cosas han cambiado, hay más lucidez, me felicito de que así sea, y por eso nunca he hecho lo que llaman oposición.
El año pasado, Humala también dijo que el Perú necesita un “Estado atlético”, no un “Estado panzón ni obeso”…
Bueno. Yo, como digo, no contesto adjetivos ni me los atribuyo. Tengo mucha confianza en mí mismo. No me doy por aludido. ¿Las palabras van a cambiar el sentido de la historia? Ahí están equivocados.
El primer ministro, Juan Jiménez, dijo, por ejemplo, que en el Gobierno actual no se inauguran obras inconclusas como hacían otros gobiernos.
La verdad es que, si decir eso le da oportunidad al primer ministro, que pocos peruanos conocen, de aparecer, me parece excelente y lo felicito.
¿Lo están midiendo con la misma vara respecto del expresidente Toledo en la investigación de las casas?
No comparo nada. A mí me aflige la situación de la señora suegra del señor Toledo, que es una persona tan lejana y respetable, y no quisiera que se continúe tocando ese tema.
¿Coincide con el congresista Mulder en que hay una estrategia para impulsar la candidatura de Nadine Heredia?
Nunca diga usted “esto no va a ocurrir…”. A veces escucho que dicen “oye, están preparando de todas maneras”; yo prefiero pensar bien de la gente y he dicho que las declaraciones de la señora Humala le hacen mucho bien al gobierno de su esposo.
Pero no les han puesto coto a las especulaciones. Como dijo Mulder, fue una frase con truco…
Bueno, en mi caso, prefiero ver el lado positivo…
¿O su declaración alabando lo que dijo Nadine Heredia también tenía truco?
No, no. Me pareció francamente bien, porque esa sospecha de decir estamos haciendo programas sociales, que se regala dinero porque queremos quedarnos, malogra la imagen de un gobierno que no está mal.

Pero usted ha dicho que está en contra de una reelección encubierta…
Yo creo que lo más saludable es la alternancia en el poder.
¿Qué piensa usted cuando ve que, en las encuestas, el 70% cree que la casa de la señora Fernenburg es, en realidad, del señor Alejandro Toledo?
No me voy a poner a defender al presidente Toledo, pero tengo que ser justo. Después de que se presentan grandes titulares de un tema, si al día siguiente le pregunta a la gente, le va a dar la respuesta que el titular orientó. Pero eso se soluciona fácilmente presentando documentación y pruebas.
¿Y por qué, cuando usted dice que no está detrás de la revocatoria, tampoco le creen?
Porque todo el mundo cree que yo estoy corriendo para ser candidato presidencial el 2016, que estoy decidido y calculando cada tecla. Me asignan una inteligencia, en verdad, sobrehumana. Ahora, yendo más allá del asunto, me parece inteligente, pero muy previsible, la estrategia de ese señor brasilero (Luis Favre) que han traído, que dice orienten todo a decir que detrás está Alan García. Es clarísimo, pues. Es una maquiavelada simple, ¿no?
¿Cree usted que Favre cobra 150 mil dólares?
Para recibir los insultos y maldiciones que recibe, yo creo que cobrará un poco más ¿ah?
Si el Apra no tiene ni regidores, ¿por qué se mete en la revocatoria?
¿No dicen que el Apra son solo cuatro parlamentarios?, ¿que el Apra no tiene fuerza?
Por eso, entonces, ¿es solo afán de protagonismo?
Eso podría interpretarlo alguien políticamente, sí, no sé, pero ¿qué tanto miedo?, ¿no dicen que no tiene ninguna fuerza el Apra?
¿Qué puede decir de la denuncia de la Contraloría sobre la contratación de la empresa israelí GlobalCST?
Tengo confianza absoluta en la probidad y en la honestidad de Rafael Rey. Y acabo de mencionar algo: los que lanzan temas terminan afectados por ellos. Me preocupa que mediante una disposición se haya decretado el secretismo de las compras militares, y eso es un mal comienzo.
El señor Garrido Lecca, que…
No lo sé. Que responda él por sus temas. Yo no respondo por otras personas.
http://peru21.pe/politica/alan-garcia-si-humala-entraba-2006-estariamos-como-venezuela-2118865

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