Para el economista Pablo Secada, estos hechos sacan a flote la ideología nacionalista y militar del presidente Ollanta Humala, la cual busca que el Estado controle los recursos naturales considerados estratégicos, como hidrocarburos y puertos. Esto es producto de la formación que ha tenido el mandatario. “Piensa como si estuviéramos en guerra. No creo que haya por ahora un deseo de nacionalizar empresas privadas, pero el mal manejo de las compañías estatales generaría una enorme pérdida de los recursos”, indicó.
En el caso de la compra de la refinería La Pampilla, que incluiría la red de estaciones de servicio de Repsol y la planta envasadora de balones Solgas, fuentes del sector estimaron que la oferta de Petroperú bordearía los US$2 mil millones. Sin embargo, este monto incluye asumir deudas de la empresa española por US$700 millones. “Quieren entrar al negocio de la refinación cuando ya no es rentable en ninguna parte del mundo. Se están exponiendo a una millonaria pérdida”, advirtió Secada.
En el caso portuario, José Silva, presidente de la Asociación Peruana de Operadores Portuarios (ASPPOR), explicó que con el citado decreto la marina peruana deberá autorizar el desarrollo de nuevos puertos o decidir el cierre de uno ya en funcionamiento. “Estas son funciones comerciales que no competen a la seguridad nacional. Deberían continuar en la APN. Esto pone en riesgo el plan de modernización de puertos”, dijo.
Pero el afán de intervención del Estado también podría trasladarse a la aviación comercial, con el resurgimiento de la ‘aerolínea de bandera’. El viceministro de Transporte, Alejandro Chang, no descartó este proyecto, el cual figura en el plan de gobierno original de Humala (La Gran Transformación).“Aún no lo estamos viendo, pero podría verse más adelante”, reveló.

No hay comentarios:
Publicar un comentario