Víctima de la irresponsabilidad de su gobierno, Perú está perdiendo el momento. El Ejecutivo insiste en desaprovechar las ya escasas expectativas favorables que... aún animan a nuestra sociedad; persiste en descartar las ahora ya magras oportunidades de progreso; y continúa ahuyentando la inversión privada para crecer y reducir la pobreza... Nos damos el lujo de rechazar multimillonaria inversión privada en minería, a la par que pretendemos re incursionar en el fracasado paso del Estado por su trance empresarial en el rubro del petróleo, donde los peruanos asumimos pérdidas multimillonarias por la inexperiencia, corrupción, politización, y manejo temerario de una entidad pública “estratégica”, como se llamó al quebrado emporio Petroperú. Pero si bien Petroperú generó unos déficits económicos fenomenales, no obstante prodigó superávit político ... para quienes manejaron el Estado. Porque desde esa empresa pública se subsidiaban los combustibles, una estrategia muy útil que permitió ganar votos en sendos procesos electorales; lo mismo que desde su Directorio se cocinaron enjuagues en las compra-ventas, que rindieron grandes utilidades a los jerarcas de turno, dinero que se les robó a los contribuyentes.
Pero el sobreseimiento a las inversiones privadas y a la adjudicación de proyectos de concesión ... se debe a dos razones vertebrales. La primera es la salida del clóset del presidente Ollanta Humala para exhibirse con la mojarrilla neo socialista, tanto en el extranjero como acá, mientras en simultáneo hace guiños a planes chavistas de reelección y vuelta al Estado empresario ... importándole un caracol la contraria reacción ciudadana difundida por cierta prensa y determinados voceros parlamentarios. Además existe otro argumento para la actual postura cuadripléjica del Perú... Es el grotesco enfrentamiento entre la comunidad política. Todo indica que esa hostilidad está expresamente digitada desde palacio, siguiendo un guión archiconocido que se aplicó con éxito notable durante la era montesinista: divide y gobernarás. El quid estriba en crear conflictos, a manera de fuegos artificiales, que produzcan coyunturas distractivas para generar conflictos que escondan el avance del gobierno en su camino de vuelta al pasado. No importa que el país se crispe; tampoco que se retrasen o incluso anulen proyectos de inversión privada. Al final del día lo que se busca es polarizar a las fuerzas políticas para que acaben enfrentadas, y aquello suscite la coyuntura necesaria que permita avanzar ... al régimen, en su trance al programa “la gran transformación”. Este libreto ya lo saben los peruanos.
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