No soy experto en hidrocarburos, por lo que no voy a terciar en el debate acerca de la posible compra por parte del Estado de los activos de la empresa Repsol -que incluyen la deficitaria refinería de La Pampilla, su cadena de grifos y Solgas- para "potenciar" Petroperú, pero como cualquier ciudadano que paga sus impuestos, sí me considero en posición de exigir al Gobierno que los utilice eficientemente y saque a relucir ... algo de sentido común en medio de toda esta faena.
Porque una cosa es cierta: ¿qué es más relevante para la mejora de la calidad de vida de las personas: combustibles más baratos ... o el acceso a servicios de agua y desagüe para los millones de peruanos que hoy carecen de ellos? La pregunta se fundamenta en el carácter estatal de una empresa como Sedapal , encargada de suministrar dicho servicio en Lima pero incapaz de administrarlo de manera eficiente. Y la realidad es que existen cientos de miles de limeños sin la mínima posibilidad, en las actuales circunstancias, de acceder a él.
Entonces, si el Estado no puede gestionar apropiadamente un bien tan preciado como el agua, ¿cómo entender a los promotores de una mayor participación pública en el negocio de los hidrocarburos? ¿A santo de qué pueden asegurar que Petroperú hará gala de una eficiencia que en otros campos brilla por su ausencia? Sería bueno que al presidente Ollanta Humala alguien lo despertara de ese sueño de opio que le hace ver fuentes de aplauso y apoyo popular ... en la compra de Repsol. Muchos pensaban que ese "aguafiestas" sería el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, pero va quedando claro que no tiene la determinación para hacerlo.
En cambio, habría que convencer al Mandatario de que si apuesta por hacer de Sedapal una entidad eficiente y moderna, administrada ... bajo estándares internacionales que le fijen metas y fiscalicen el cumplimiento de las mismas, y con funcionarios designados por su capacidad antes que por sus relaciones políticas, la historia cambiaría. Si el Gobierno es capaz de sacar a Sedapal del lodazal en el que yace, entonces sí tendría cierta autoridad para pretender afianzar la participación pública en otros sectores. Pero mientras ello no ocurra, las críticas están plenamente justificadas. Podrán decir que de las 20 principales empresas petroleras del mundo 16 son estatales, pero dudo mucho que en ellas el Presidente de la República ponga a quien fuera su abogado personal ... a la cabeza o utilice su planilla para pagar los sueldos de ciertos asesores, vicios que se dieron en el pasado y que podrían volver.
Señor Presidente, haga de Sedapal un ejemplo de gestión. Lleve agua a los millones de peruanos que hoy, tal como está la cosa, pagan más por el recurso que quienes cancelan su facturita en San Isidro o Miraflores. Todo lo demás es cuento chino.
Porque una cosa es cierta: ¿qué es más relevante para la mejora de la calidad de vida de las personas: combustibles más baratos ... o el acceso a servicios de agua y desagüe para los millones de peruanos que hoy carecen de ellos? La pregunta se fundamenta en el carácter estatal de una empresa como Sedapal , encargada de suministrar dicho servicio en Lima pero incapaz de administrarlo de manera eficiente. Y la realidad es que existen cientos de miles de limeños sin la mínima posibilidad, en las actuales circunstancias, de acceder a él.
Entonces, si el Estado no puede gestionar apropiadamente un bien tan preciado como el agua, ¿cómo entender a los promotores de una mayor participación pública en el negocio de los hidrocarburos? ¿A santo de qué pueden asegurar que Petroperú hará gala de una eficiencia que en otros campos brilla por su ausencia? Sería bueno que al presidente Ollanta Humala alguien lo despertara de ese sueño de opio que le hace ver fuentes de aplauso y apoyo popular ... en la compra de Repsol. Muchos pensaban que ese "aguafiestas" sería el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, pero va quedando claro que no tiene la determinación para hacerlo.
En cambio, habría que convencer al Mandatario de que si apuesta por hacer de Sedapal una entidad eficiente y moderna, administrada ... bajo estándares internacionales que le fijen metas y fiscalicen el cumplimiento de las mismas, y con funcionarios designados por su capacidad antes que por sus relaciones políticas, la historia cambiaría. Si el Gobierno es capaz de sacar a Sedapal del lodazal en el que yace, entonces sí tendría cierta autoridad para pretender afianzar la participación pública en otros sectores. Pero mientras ello no ocurra, las críticas están plenamente justificadas. Podrán decir que de las 20 principales empresas petroleras del mundo 16 son estatales, pero dudo mucho que en ellas el Presidente de la República ponga a quien fuera su abogado personal ... a la cabeza o utilice su planilla para pagar los sueldos de ciertos asesores, vicios que se dieron en el pasado y que podrían volver.
Señor Presidente, haga de Sedapal un ejemplo de gestión. Lleve agua a los millones de peruanos que hoy, tal como está la cosa, pagan más por el recurso que quienes cancelan su facturita en San Isidro o Miraflores. Todo lo demás es cuento chino.
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