Por otro lado, el Congreso ya se equivocó dándole la autorización para
viajar a Caracas a la asunción de mando. Lo correcto hubiera sido rechazar el
pedido porque iba contra la Hoja de Ruta y el Parlamento tiene que demostrar
que posee la claridad así como la capacidad para hacer cumplir con lo que se
había comprometido el mandatario. Más aun, el argumento de que hubiera perdido
autoridad ante los ojos de los presidentes vecinos si era rechazado es ridículo
y lo utilizan todos los gobernantes cuando no tienen cómo justificar algo. El
hecho innegable es que el rechazo parlamentario hubiera asegurado que se
mantenga dentro de la Hoja de Ruta bien enrumbado.
Ahora, por el contrario, Humala ya se dio cuenta lo fácil que es
convencer a Toledo y doblarle el brazo. Así que mañana intentará retornar al
monopolio de combustibles o regresar los puertos a manos del Estado. Luego de
ello, quién sabe con qué otra monstruosidad saldrá para regresar a la época de
Velasco. En realidad, los garantes simplemente le están demostrando más interés
en mantener su cercanía al poder antes que en cumplir con su obligación ante el
electorado. Por lo que es urgente que estos cumplan su función y le llamen la
atención públicamente para nuevamente encauzarlo.
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