lunes, 22 de abril de 2013

Fritz Du Bois . Una garantía a ser ejecutada

Cuando Ollanta Humala le juró al país que no seguiría La Gran Transformación sino La Hoja de Ruta, nos estaba garantizando que iba a dejar su trasnochado chavismo de lado. Incluso, ese compromiso tuvo garantes como Mario Vargas Llosa, entre otros, que le dieron credibilidad ante el electorado y, por ello, fue que recibió un voto mayoritario. No tenemos duda que sin esa garantía nunca hubiera ganado. Por tanto, al haber avalado el fraude venezolano, Humala está incumpliendo la garantía que había otorgado. Lo cual significa que los garantes se la deberían de ejecutar de inmediato, sino sentirá que tiene impunidad y la seguirá violando.
Por otro lado, el Congreso ya se equivocó dándole la autorización para viajar a Caracas a la asunción de mando. Lo correcto hubiera sido rechazar el pedido porque iba contra la Hoja de Ruta y el Parlamento tiene que demostrar que posee la claridad así como la capacidad para hacer cumplir con lo que se había comprometido el mandatario. Más aun, el argumento de que hubiera perdido autoridad ante los ojos de los presidentes vecinos si era rechazado es ridículo y lo utilizan todos los gobernantes cuando no tienen cómo justificar algo. El hecho innegable es que el rechazo parlamentario hubiera asegurado que se mantenga dentro de la Hoja de Ruta bien enrumbado.
Ahora, por el contrario, Humala ya se dio cuenta lo fácil que es convencer a Toledo y doblarle el brazo. Así que mañana intentará retornar al monopolio de combustibles o regresar los puertos a manos del Estado. Luego de ello, quién sabe con qué otra monstruosidad saldrá para regresar a la época de Velasco. En realidad, los garantes simplemente le están demostrando más interés en mantener su cercanía al poder antes que en cumplir con su obligación ante el electorado. Por lo que es urgente que estos cumplan su función y le llamen la atención públicamente para nuevamente encauzarlo.

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