martes, 30 de abril de 2013

Peña Nieto y Pemex: a reducir al "ogro filantrópico"


Pocos detalles se saben del proyecto de modernización de Pemex que el gobierno mexicano enviará al congreso en las próximas semanas. Pero las expectativas de los inversionistas extranjeros en torno a lo que pasará con el monopolio petrolero estatal son altas. ExxonMobil y Royal Dutch Shell, entre otras gigantes del negocio petrolero, han adelantado que invertirán en México si el parlamento aprueba la esperada reforma que -eso se sabe- abrirá las puertas al capital extranjero.
La reforma no sólo es necesaria sino que debió ponerse en marcha hace mucho tiempo, como bien lo saben Enrique Peña Nieto y los cuatro presidentes que lo antecedieron, quienes trataron de flexibilizar a Pemex sin lograrlo.
Con ventas por más de US$ 110.000 millones anuales, Pemex aporta un tercio del total a la caja fiscal mexicana. Esa hemorragia le significa un patrimonio negativo de --US$ 14.000 millones y que el año pasado tuviera pérdidas netas por US$ 6.000 millones. No tiene dinero para explotar los yacimientos de petróleo y gas que se descubren año tras año. Las reservas del país llegan hoy a 150.000 millones de barriles, comparables a las de Kuwait.
Pemex lleva años sin invertir. Su producción ha caído sostenidamente desde un máximo de 3,4 millones de barriles diarios en 2004 a su nivel actual de 2,6 millones de barriles. A ese ritmo de descenso, México perdería su relevancia como exportador de petróleo en menos de diez años. Y si aumentara al doble su actual nivel de producción y mantuviera ese nivel sin que se descubrieran nuevos yacimientos, tendría reservas para más de 80 años.
Y fueron problemas de mantenimiento -léase subinversión- los que causaron la explosión que mató a 32 personas hace un par de meses en la torre de Pemex en Ciudad de México.
Con México sentado en un creciente pozo de petróleo, nadie duda que Pemex necesita invertir, y para invertir necesita una reforma. Pero si Peña Nieto intenta una reforma que huela a privatización se va a encontrar con la oposición cerrada del congreso, incluyendo a los parlamentarios de su propio partido, el PRI. Mal que mal el PRI trabó con éxito los intentos de liberalización que intentaron los gobiernos del PAN (2000-2012)...

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